El Over clocking
Consiste en eso mismo, en subir la velocidad de reloj por encima de la nominal del micro. Esta práctica puede realizarse a propósito o bien haber sido víctima de un engaño, según; en cualquier caso, entraña riesgos para el micro overclockeado.
Insisto: entraña riesgos para el micro. Los micros de una misma clase nacen, en líneas generales, todos iguales. Luego se prueban y se les clasifica con tal o cual velocidad, según la demanda del mercado y lo que se ha comprobado que resisten sin fallo alguno.
Esto quiere decir que muchos micros pueden ser utilizados a más velocidad de la que marcan, aunque fuera de especificaciones y por tanto de garantía. Las consecuencias negativas son tres:
– Que no funcione a más velocidad de la marcada.
– Que se estropee (rara vez pasa si se sube de manera escalonada y vigilando si falla).
– Que funcione pero se caliente (pasará SIEMPRE, al ir más rápido, genera más calor).
Las consecuencias positivas, que tenemos un micro más rápido gratis. Si desea arriesgarse, coja el manual de su tarjeta madre y siga estos consejos para hacer over clocking con un micro:
Usar un disipador y un BUEN VENTILADOR, a ser posible uno especial de los que venden en tiendas de electrónica.
Subir la velocidad gradualmente, nunca en saltos de más de 33 MHz;
En ocasiones hará falta subir unas décimas el voltaje al que trabaja el micro para conseguir estabilidad, aunque no es lo deseable por aumentar el calor a disipar;
Estar atentos a cualquier fallo de ejecución, que significará que el micro no está muy estable. A esterespecto, Windows 9x y NT son mucho más exquisitos que el viejo, adorable y tolerante DOS;
No pedir imposibles. Subir 33 MHz un Pentium clásico es suficiente; subirlo 50 ó 66 MHz es una labor bastante arriesgada; subirlo 100 MHz es una imprudencia pues condenada al fracaso y a quemar el micro.
Desgraciadamente, en los últimos tiempos los fabricantes de microprocesadores (en especial Intel) han tomado consciencia de lo común que se estaba volviendo esta técnica y han decidido ponerle un cierto freno, por lo que muchos micros recientes (entre ellos los Pentium II y Celeron más modernos) tienen fijo el multiplicador del bus a una única opción; por ejemplo, los Celeron a 333 MHz suelen poder usar únicamente un multiplicador x5.
Pero no debe preocuparse, aparte de utilizar un multiplicador mayor, existe otra forma interesante de hacer over clocking: subir la velocidad externa (o de bus) a la que se comunica el micro con la placa, por ejemplo poniendo uno de esos Celeron de 333 MHz con multiplicador x5 fijo a (75×5=375 MHz) en vez de a los (66×5) normales. Eso sí, de esta forma los problemas de estabilidad pueden darlos otros componentes que trabajan a la velocidad del bus o una fracción de ésta, como las tarjetas de expansión PCI y AGP o la memoria, sobre todo si son de baja calidad.
Aunque esto no tiene porqué ser un problema: podríamos no ya variar la velocidad total del micro, sino usar ambos sistemas a la vez, por ejemplo poniendo un micro de 150 MHz a (75×2) en vez de a (60×2,5) (sólo en micros con el multiplicador no fijo, claro), con objeto de obtener un rendimiento mayor al acelerar los componentes anteriormente citados. Además, en este caso apenas estamos variando las condiciones de trabajo del micro, que suele ser el factor más conflictivo (exceptuando algunas tarjetas AGP que se calientan bastante).
Bueno, ahora conoce las ventajas y desventajas. Por cierto, la explicación se ha dado para Pentium o superiores; para 486 es válida, aunque procure subirlos menos (de 33 a 40 MHz, o de 66 a 80, por ejemplo). Hacer over clocking con un 386 o inferior es más complicado y no merece la pena.
Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg