Vacunas comestibles
Término aplicado al uso como vacuna de las partes comestibles de las plantas transgénicas o plantas no transgénicas infectadas con un virus transgénico vegetal, con el fin de que produzcan componentes específicos de un patógeno contra el cual se desea proteger a una persona o animal.
Esta terminología también puede extenderse a otros alimentos como los productos lácteos que contienen bacterias lácticas modificadas genéticamente para que produzcan los antígenos específicos. Pero la ventaja del bajo coste pierde valor cuando para obtener la vacuna se precisan costosos procesos de purificación, conservación y administración del antígeno.
A esta situación es a la que corresponde al concepto de vacunas comestibles. Aún hay que solucionar muchos problemas para que se puedan utilizar estas vacunas ya que, en general, la vía oral no es la mejor ruta de vacunación, porque la cantidad de antígeno necesaria para una inmunización eficiente por esta vía suele ser muy alta, sobre todo si no se trata de una vacuna viva y suele necesitarse, además, la coadministración de un adyuvante que estimule la respuesta inmune.
En este caso, el uso de bacterias lácticas como vehículos de vacunas puede ser de gran interés, debido a la capacidad estimulante del sistema inmune demostrada en algunas de ellas.
Los niveles de acumulación de antígeno en plantas transgénicas suelen estar por debajo de los necesarios para que la mera ingestión de la planta suministre las dosis de vacuna adecuadas.
Fuente: Sociedad Española de Biotecnología