Seguridad alimentaria
Los nuevos alimentos incluidos los transgénicos son seguros hasta el máximo nivel de seguridad que permite garantizar el conocimiento actual. Después de varios años de consumo de varios alimentos transgénicos, principalmente en Estados Unidos, consumidos por millones de personas, no se ha detectado ningún caso de efecto adverso para la salud humana.
La aplicación de la biotecnología moderna en la obtención de alimentos no conlleva necesariamente una pérdida de seguridad con respecto a las tecnologías tradicionales. Hasta la fecha no se ha publicado ningún estudio epidemiológico que demuestre que los alimentos obtenidos por biotecnología moderna sean menos seguros que los alimentos tradicionales.
En algunos de los nuevos alimentos la biotecnología moderna permite eliminar ciertos componentes tóxicos o poco beneficiosos para la salud antes no considerados como tales o impedir el desarrollo de microorganismos patógenos o de sus toxinas.
Los alimentos obtenidos por biotecnología moderna pueden poseer periodos de conservación y estabilidad mayores, sin el empleo de aditivos o conservantes químicos.
La seguridad de los alimentos obtenidos por biotecnología tradicional se basa en que se han considerado seguros debido a la larga experiencia en su consumo, de manera que, en general, ni siquiera se han desarrollado en estos alimentos procedimientos de evaluación de su seguridad tan exhaustivos como los que se hacen con los nuevos alimentos.
Los alimentos y el medio ambiente
Para evaluar los posibles daños causados por los cultivos transgénicos es importante compararlos con los efectos que producen los cultivos tradicionales.
En este sentido la sustitución de un cultivo tradicional por uno transgénico no añadiría ningún daño adicional al medio ambiente; por el contrario, el impacto medioambiental puede reducirse si con el cultivo transgénico se logra un mayor rendimiento agrícola y por lo tanto se necesitará deforestar o aclarar menos terreno para producir lo mismo.
En contra de los cultivos transgénicos se argumenta que pueden afectar al medio ambiente si se produce alguno de los siguientes supuestos:
– Efectos plaguicidas contra los insectos afecten a especies de insectos distintas a las deseadas, lo que puede incidir tanto en ellas como en otras con las que se relacionen.
– Genes empleados para conferir resistencia a herbicidas se transfieran a otros cultivos o a especies silvestres emparentadas con las cultivadas, lo que podría facilitar la aparición y extensión de malas hierbas resistentes al herbicida.
En cuanto a la biodiversidad en la producción de nuevos alimentos
Sólo puede hablarse de problemas relacionados con la biodiversidad en el caso de los nuevos alimentos obtenidos con plantas transgénicas, ya que no existen otras razones para pensar que la producción de nuevos alimentos pueda afectar a la biodiversidad.
En cualquier caso, el uso de las plantas transgénicas podría disminuir la biodiversidad de las plantas cultivadas pero no del resto de las plantas del planeta.
La tecnología transgénica puede acelerar este proceso de reducción del número de variedades cultivadas y será preciso establecer algunos sistemas de regulación y mejorar los sistemas de conservación y potenciación de los bancos de germoplasma para que no se pierdan especies. Para esto último la biotecnología aporta grandes soluciones.
El control en la seguridad de un nuevo alimento
La seguridad de una planta modificada genéticamente para su uso como alimento se comprueba mediante el estudio crítico de los siguientes aspectos:
– Realizar experimentos de laboratorio utilizando plantas cultivadas en invernadero, para confirmar que las modificaciones genéticas introducidas mediante las técnicas de Ingeniería Genética son las que se habían planificado y sólo ellas, y que el material genético añadido se ha incorporado de manera estable al genoma de la planta.
– Llevar acabo ensayos de campo aprobados por las Autoridades Competentes de distintos países miembros, y realizados bajo condiciones controladas para confirmar que la variedad ensayada no es perjudicial para la salud animal o humana ni afecta al medio ambiente.
– Demostrar a satisfacción de todas las Comisiones Nacionales de Bioseguridad y Autoridades Competentes de todos los países miembros, que las modificaciones en el ADN de la nueva variedad no introducen ningún riesgo de ser incorporados al genoma de otros organismos, que las proteínas codificadas por los nuevos genes no son tóxicas ni alergénicas, y que desde el punto de vista de la composición de nutrientes la nueva variedad es equivalente a la original.
– Exigir el desarrollo de un Plan de Seguimiento durante un número de años para detectar cualquier efecto perjudicial como consecuencia del uso del nuevo alimento.
Fuente: Sociedad Española de Biotecnología