Cambios en el concepto de aprendizaje y procesos internos de las personas

Aproximadamente tres décadas atrás, el aprendizaje era interpretado por el conductismo, en el cual, no eran considerados los procesos internos de la persona. El aprendizaje se explicaba mediante el condicionamiento operante basado en el refuerzo extrínseco a la persona, y que operaba en forma automática. Eran los tiempos de los objetivos conductuales, fragmentados, de la instrucción programada y de los programas de adiestramiento o capacitación de las empresas. En esta óptica en las situaciones experimentales, los aprendizajes humanos fueron puestos a un mismo nivel que el animal.

En la actualidad, la acumulación de evidencias de las investigaciones confirma la importancia de los procesos cognitivos internos, de los afectivos y del modelamiento en el aprendizaje observacional. Desde las visiones neoconductistas (ej., Bandura con su aprendizaje social) que consideraron procesos internos como la atención, codificación, memoria y el refuerzo, hay un multiplicidad de evidencias sobre las importancia de las percepciones, creencias, resignificaciones, entre otras.

Los resultados de diversas investigaciones han reiterado la obsolescencia de formas de enseñanza basadas en un modelo de transmisión que ha utilizado uno o los siguientes supuestos:

  • El conocimiento es un cuerpo bien establecido de hechos y técnicas que generan una acumulación de resultados que son jerárquicamente organizados, y secuenciados para ser divididos y pasados de expertos a novicios
  • El aprendizaje es la adquisición de pedazos aislados de información y habilidades logradas principalmente escuchando, mirando, memorizando y practicando
  • La enseñanza es la transmisión directa del conocimiento de profesores y textos a los estudiantes.

Las investigaciones han reiterado que no existe un único método bueno para todos los estudiantes. Consecuentemente, se debe velar por la interacción de las características del método con las características de los estudiantes. En breve, esta nueva tendencia tiene grandes repercusiones educativas, especialmente curriculares, metodológicas de la enseñanza, de la evaluación y para la gestión de la docencia.

Fuente: Megatendencias educativas del siglo XX y prospectiva para el siglo XXI de Patricio Montero Lagos