El gobierno y administración
En nuestra opinión uno de los problemas más oscuros en la ciencia de la administración, ayer y hoy, consiste en la distinción entre gobierno y administración, transfigurada luego, en la dicotomía política-administración.
La acción del gobierno consiste en «trasmisión» y su autoridad es de «vigilancia y censura: es pasivo y no activo«. Ocurre así, porque la ejecución de las leyes radica en la administración, que dice ser el «órgano que transmite la vida al cuerpo político». Pero sólo hay confusión en este planteamiento, y en verdad, lo que enseguida comentaremos tampoco resuelve el problema.
Contra quienes señalan que el gobierno es el pensamiento que dirige y la administración el brazo que ejecuta, Bonnin sostiene que la administración no obra si el gobierno no le imprime movimiento, movimiento que ella misma es incapaz de imprimirse; es más, sin gobierno no hay administración y, admitiendo la inexistencia del gobierno, agrega, cada administración seria el gobierno de su propia comunidad. Por lo que surge una cuestión: » ¿cuál sería el lazo común de estas partes, divididas? O dicho de otra manera, ¿dejaría de disolverse el Estado?… Diré solamente que el gobierno no es el pensamiento que dirige, porque éste sólo se halla en la voluntad pública que es la ley, pues de otro modo no habría ni gobierno ni administración, sino despotismo«.
Si se entiende por pensamiento el derecho que tiene el gobierno paratransmitir la voluntad del legislador a la administración, esto no impide que la administración tenga capacidad ejecutiva atribuida por la propia ley haga su labor. Se puede caer en el error de declarar, textualmente, que «el gobierno no es más que una medida política para ligar las magistra turas, no esencialmente necesaria para la vida social», y que no habría lugar para señalar que la sociedad se disolvería sin gobierno, porque éste no es indispensable para la sociedad.
Caso contrario es el papel de la administración, la cual si es indispensable para la sociedad y en la medida en que en ésta no hay sino dos poderes, el de hacer las leyes y el de ejecutarlas, el último es su propia atribución. «Se puede concebir una sociedad sin gobierno, pero no sin administración. ” La importancia de la administración es tanta que Bonnin asigna a su función el papel estelar: «si se ha comprendido bien la naturaleza y objeto de la administración, se verá que su carácter es esencialmente conservador y preservador.
Por consecuencia, todo cuanto interesa al orden social, la seguridad de las personas y de las cosas, y en una palabra, todo cuanto pertenece o tiende a proporcionar a los hombres la felicidad por el empleo de sus fuerzas y voluntades, por la fusión en común de sus sentimientos e intereses, y por el empleo de las cosas, es de su atribución«.