Sistema del despojo

Hay que destacar que los patrocinadores del sistema del despojo, incluyendo a su iniciador el Presidente de los Estados Unidos, Andrew Jackson, generalmente defienden un interés personal, que aunque legítimo, no deja de ser cuestionable: el poder absoluto de nombramiento en la Administración Pública, sin considerar los más mínimos requisitos de capacidad.

Argumentan los seguidores de este sistema, erradicado de los Estados Unidos en el año 1883, que el partido político necesita la recompensa de los puestos públicos para obtener organizadores y miembros activos. Asimismo, sostienen la necesidad de designar en los puestos estatales, personal leal a sus programas. Aducen, además, que la inamovilidad de los servidores públicos vendría a convertirlos en u na élite privilegiada, carente de motivación y responsabilidad. 

Estos argumentos, no justifican en modo alguno que el interés del partido prevalezca sobre el requerimiento de eficiencia y de personal idóneo que demanda el servicio público. En países hoy avanzados o en vías de desarrollo, una de las primeras acciones oficiales ha sido precisamente el establecimiento de un régimen de administración de personal que ha contribuido al logro óptimo de la eficiencia los servicios estatales. En estos países, los partidos en el poder, lejos de debilitarse, se han fortalecido sin que ofrecieran el empleo público como recompensa electoral.

La resistencia obstinada de los políticos hacia el servicio civil y la carrera administrativa reside principalmente en que desconocen su estructuración y objetos.