Introducción a la toma de decisiones en la organización administrativa

En el proceso de toma de decisiones, hay una diferencia bá-sica entre la versión idealizada, absolutamente racional y sin problemas, y la realidad imperfecta y afectada por cuestiones emocionales. La realidad tiene más que ver con “salir del paso” o “buscar una solución lo suficientemente satisfactoria” que con encontrar la “solución perfecta”.

La expresión “salir del paso” describe el proceso de decisiones graduales o pautadas de modo creciente, una después de otra, a medida que un curso de acción desarrolla sus consecuencias no previstas. Dicha expresión denota el modesto alcance de la mente al afrontar sistemas de gran complejidad. “Buscar una solución lo suficientemente satisfactoria” describe la tendencia a seleccionar una alternativa que “satisfaga”, en vez de buscar en forma interminable la mejor opción. En consecuencia, los gerentes no buscan en realidad decisiones perfectas u óptimas, sino que trabajan con una ignorancia parcial; tratan de encontrar algo que tenga bastantes probabilidades de dar buenos resultados.

De todos modos, las metodologías para la toma de decisiones son ficciones útiles que nos ayudan a ser más sistemáticos y lógicos. A lo largo de esta unidad temática reflexionaremos acerca del grado de racionalidad que las personas pueden alcanzar cuando eligen alternativas tanto en forma individual como dentro de un modelo cooperativo. Posteriormente clasificaremos las decisiones en dos categorías básicas: tácticas y estratégicas, con el fin de conocer las características principales de cada tipo.

Por último, sintetizaremos algunas metodologías para la toma de decisiones, algunas clásicas (Drucker y Janis) y otras que abordan el tema desde una óptica más creativa (Thompson y De Bono). Es importante recalcar que estas metodologías son presentadas con el objetivo de proporcionarles herramientas probadas que les ayuden a ordenar las ideas frente a una decisión compleja, pero nunca podrán reemplazar al criterio de la persona que decide. Tanto por el aumento de la complejidad como para poder enfrentar el dinamismo del entorno, las organizaciones están cambiando hacia formas estructurales más descentralizadas, lo que hace que sus resultados dependan cada vez menos de cuestiones técnicas y cada vez más de la calidad de las decisiones individuales de las personas que las conforman.