Composición química y distribución molecular del algodón
Cuando se recoge, el algodón está constituido por 94% de celulosa; en las telas terminadas el contenido es de 99% como todas las fibras de celulosa, el algodón contiene carbono, hidrógeno y oxigeno, con grupos oxidrilo reactivos (OH).
El algodón tiene de 2000 a 12000 residuos de glucosa por molécula. Las cadenas moleculares están en forma de espiral.
Propiedades.
Propiedades Estéticas: Ninguna fibra es en sí hermosa pero la belleza de las telas se debe en parte a la estructura.
Propiedades físicas de las fibras: A demás la belleza siempre es subjetiva, “esta en los ojos de quien la contempla”.
Los consumidores aceptan bien las telas de algodón. Las batistas suaves y transparentes, las finas muselinas, mezclillas resistentes y panas han influido en la moda durante años.
Propiedades de durabilidad: El algodón es una fibra de resistencia media. Su resistencia a la ruptura es de 3.5 a 4.0 g/d.
Es más fuerte cuando está húmeda. La fibra larga de algodón da lugar a hilos más fuertes porque hay más puntos de contacto entre las fibras cuando se tuercen más que otras.
El algodón resiste un manejo energético mediante el lavado. Su alargamiento es bajo, 3% y tiene una baja elasticidad ya que es una fibra rígida.
Propiedades de Comodidad: El algodón produce telas muy agradables al contacto con la piel debido a su absorbencia ya que es un buen conductor de calor y la electricidad. No tiene las características superficiales que producirían irritación en la piel.
El algodón tiene una recuperación de humedad de 7%. Al mojarse las fibra s se hinchan y adquieren cierta plasticidad.
Esta propiedad permite dar un acabado liso y plano en las telas de algodón cuando se planchan y hace que las telas tejidas con cuenta alta sean repelentes al agua.
Propiedades de cuidado y conservación: Las fibras de algodón son estables. Se acortan un poco cuando se mojan, pero al secarse se restaura su longitud original.
El encogimiento de las telas de algodón no es un resultado de la propiedad de las fibras sino más bien se debe al acabado de la tela.
El algodón se deteriora con los ácidos: Los álcalis no lo dañan tanto, puede lavarse con detergentes fuertes y, bajo condiciones apropiadas, soporta los blanqueadores de cloro.
Es resistente a los disolventes orgánicos de manera que pueda lavarse en seco con toda la seguridad. El algodón es atacado por los hongos, especialmente en telas almidonadas.
El algodón se oxida en la luz solar: Esto que hace que los colores blancos y pastel se tornen amarillentos y que la fibra se degrade.
Algunos tintes amarillentos son especialmente sensibles a la luz solar y cuando se utilizan en telas para cortinas, las áreas teñidas se desintegran.
El algodón no es termoplástico: Puede plancharse con seguridad a temperaturas elevadas. Se quema con rapidez. El algodón tiene mu y baja resiliencia.
Los enlaces de hidrógeno que mantienen a las cadenas moleculares inmóviles entre sí son débiles y cuando las telas se doblan o arrugan, en especial en presencia de humedad las cadenas se mueven libremente hasta nuevas posiciones.
Al retirar la presión no hay fuerzas entre las fibras que restauren a las cadenas a sus posiciones originales, de manera que las telas permanecen arrugadas.
Los pliegues pueden producirse fácilmente por planchado y también por el mismo método se pueden eliminar las arrugas, pero el arrugamiento durante el uso constituye todavía uno de los problemas de esta fibra.
El uso de acabados resistentes al arrugamiento o de mezclas con poliéster casi ha solucionado esta desventaja del algodón.
Sección transversal y vista longitudinal del algodón mercerizado
El nombre de algodón mercerizado se debe a que John Mercer, notó que el algodón cambiaba durante la filtración de una solución de hidróxido de sodio.
Demostró los efectos benéficos de la sosa cáustica sobre el algodón y desde entonces a partir de (1844) hasta la actualidad, la mercerización del algodón ha sido un proceso común de acabado para hilos y telas.
La mercerización (el tratar telas o hilos con NaOH) produce un cambio físico en la fibra. Las fibras se hinchan haciéndose semejantes a varilas y su sección transversal se redondea. El número de convoluciones también disminuye.
Fuente: Apuntes de Fibras materiales textiles de la Unideg