La toma de decisiones en la organización administrativa

En su obra El comportamiento administrativo, Simon considera la toma de decisiones como el núcleo de la problemática administrativa. Parte de un concepto fundamental: dirigir es decidir. Decidir es una cuestión esencialmente humana.

Luego, dirigir hace a la naturaleza del hombre. La importancia de las decisiones obliga a perfeccionar el método. El que decide cuenta con algunas herramientas:

  • la experiencia: el pasado como guía de la acción futura. Por supuesto que esto no otorga confianza absoluta, dado que hay que analizar las circunstancias de cada caso y tener sumo cuidado al recurrir a la experiencia ajena
  • la experimentación: consiste en probar distintos cursos de acción y ver qué consecuencias se producen. Es una buena herramienta pero muy costosa el estudio y análisis de propuestas: consiste fundamentalmente en investigar. Al analizar alternativas hay factores imponderables que no se pueden cuantificar: status, prestigio, actitudes, repercusión social, etc.

Estos factores a veces desaniman la investigación, pero debe hacerse un esfuerzo para considerarlos. El ejercicio clave pasa por tratar de estimar lo que sucederá en el futuro.

Los hombres se dividen en dos grupos: los que aportan inmovilidad porque temen tomar decisiones o no saben tomarlas y los que deciden asumiendo riesgos. El enfoque de Simon centra la administración en el “proceso de elección que lleva a la acción”. Es decir, resume la actividad administrativa en procesos de decisión correctos y procesos de acción efectiva. En las organizaciones tradicionales, a medida que ascendemos en la pirámide jerárquica tenemos una mayor participación en la toma de decisiones y un menor grado de ejecución.

Esta realidad se revierte al acercarnos a la base de la pirámide, en donde está situado el personal operativo. La tarea consiste en superponer al personal operativo un personal supervisor capaz de influir en el primero, inclinándolo hacia un tipo de comportamiento coordinado y eficiente. Todo comportamiento implica una selección de determinadas acciones, tanto para el que actúa como para las personas sobre las que cuales ejerce influencia o autoridad.

Al elegir una alternativa, se está renunciando a las demás: de hecho existen muchas acciones alternativas posibles que quedan reducidas, por algún proceso, a aquella que es llevada a cabo en la realidad. El comportamiento de los individuos dentro de la organización es: a. finalista, es decir que está orientado por objetivos, y b. racional, ya que elige las alternativas que llevan a cumplir los objetivos preseleccionados.

Cada decisión comprende la selección de un objetivo y el comportamiento adecuado para lograrlo. Este objetivo puede ser un medio para lograr objetivos más lejanos (o sea, un objetivo intermedio) o un objetivo último. Toda decisión requiere una transacción, ya que la alternativa elegida no permite nunca una realización completa o perfecta de los objetivos, sino que es simplemente la mejor solución disponible en las circunstancias dadas.