Introducción
La gastronomía de Francia está considerada como una de las más importantes del mundo. Está caracterizada por su variedad, fruto de la diversidad regional francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su refinamiento.
Su influencia se deja sentir en casi todas las cocinas del mundo occidental, que han ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos de la cocina francesa. Varios chefs franceses tienen una gran reputación internacional, como es el caso de Taillevent, La Varenne, Carême, Escoffier, Ducasse o Bocuse.
Tradicionalmente, cada región posee su propia cocina:
- la cocina del noroeste utiliza la mantequilla, la crème fraîche y la manzana;
- la cocina del suroeste utiliza el aceite, el foie gras, las setas y el armañac;
- la cocina del sureste está caracterizada por influencias italianas y se sirve de la aceituna, las finas hierbas y el tomate;
- la cocina del norte está caracterizada por influencias belgas y se sirve de la patata, de la carne de cerdo, de judías y de la cerveza;
- la cocina del este, caracterizada por influencias alemanas, se sirve del tocino, las salchichas, la cerveza y el sauerkraut.
Además de estas cinco grandes zonas regionales, existen también otras cocinas locales como:
- la cocina del valle de Loira (famosa por sus pescados al vino blanco),
- la cocina vasca (caracterizada por el abundante uso del tomate y pimiento de Espelette),
- la cocina de Rosellón (muy cercana de la cocina catalana) o
- la cocina del centro con su caza, su pâté de Pâcques, sus patatas (Creuse) o sus vinos y sus pescados de agua dulce (en Brenne).
Entre los platillos típicos encontramos:
- Pollo al vino con vegetales
- Mejillones a la marinera
- Ensalada Nicoise
- Estofado de pescado con jitomates, vino blanco y perejil
- Pay de poro estilo francés
- Soufflé de espinaca y queso de cabra
- Omelette de huevo con jamón y queso
- Pan francés
- Mini quiches
- Ratatouille