Evolución del ciclo de la violencia

El recurso más común de la violencia es la conducta predeterminada para controlar, dominar y someter a las mujeres en general o a una mujer en particular.

En 1975 nació la Declaración de las Naciones Unidas denominada como “Año Internacional de la Mujer” con el fin de erradicar la violencia de género, pero no fue hasta dos decenios después cuando por medio de dos hitos que transformaron el tratamiento de la violencia de género:

  1. La Conferencia sobre Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993, reconoció que “los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales” y, en consecuencia, la violencia ejercida contra las mismas será considerada una violación de los derechos humanos.
  2. La Declaración de Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, aprobada en 1993, permitió contar con una definición exhaustiva de la violencia de género, evidenciando tanto las diferentes formas y contextos en los que se produce como la responsabilidad de los estados y poderes públicos en prevenir, investigar, castigar a los autores y proteger y reparar a las víctimas.

Para atender el problema de raíz, precisaron mecanismos aplicados por la sociedad cultural para:

  • Vencer las resistencias del patriarcado frente a la igualdad de mujeres y varones. Resistencias que se traducen en acciones violentas frente a la pretensión igualitaria.
  • Reformular las construcciones identitarias patriarcales: la identidad femenina (como ser dependiente y cuidador) y masculina (como ser autónomo y protector). Porque la protección puede fácilmente devenir en control y la dependencia en sumisión.
  • Desnaturalizar la jerarquía sexual y la violencia contra las mujeres producto de la misma.