Componentes del sistema de dirección

Volante: Permite al conductor orientar las ruedas.
Columna de dirección: Transmite el movimiento del volanta a la caja de engranajes.
Caja de engraganjes: Sistema de desmultiplicación que minimiza el esfuerzo del conductor.
Brazo de mando: Situado a la salida de la caja de engranajes, manda el movimiento de ésta a
los restantes elementos de la dirección.
Biela de dirección: Transmite el movimiento a la palanca de ataque.
Palanca de ataque: Está unida solidariamente con el brazo de acoplamiento.
Brazo de acoplamiento: Recibe el movimiento de la palanca de ataque y lo transmite a la
barra de acoplamiento y a las manguetas.
Barra de acoplamiento: Hace posible que las ruedas giren al mismo tiempo.
Pivotes: Están unidos al eje delantero.
Manguetas: Sujetan la rueda.
Eje delantero: Sustenta parte de los elementos de dirección.
Rótulas: Sirven para unir varios elementos de la dirección y hacen posible que, aunque estén unidos, se muevan en el sentido conveniente.

La dirección y los frenos son los órganos más importantes del vehículo, ya que de estos depende la seguridad de las personas, por lo que se deben de tener cualidades que proporcionen al conductor, la seguridad y la comodidad que necesita para la conducción, estas cualidades son:

Seguridad: depende de la fiabilidad del mecanismo, de la calidad de los materiales empleados y del entretenimiento adecuado.
• Suavidad: se consigue con un montaje preciso, una desmultiplicación adecuada y un perfecto engrase.

La dureza en la conducción hace que ésta sea desagradable, a veces difícil y siempre fatigosa. Puede producirse por colocar unos neumáticos inadecuados o mal inflados, por un «avance» o «salida» exagerados, por carga excesiva sobre las ruedas directrices y por estar el eje o el chasis deformado.

Precisión: se consigue haciendo que la dirección no sea muy dura ni muy suave. Si la dirección es muy dura por un excesivo ataque (mal reglaje) o pequeña desmultiplicación (inadecuada), la conducción se hace fatigosa e imprecisa; por el contrario, si es muy suave, por causa de una desmultiplicación grande, el conductor no siente la dirección y el vehículo sigue una trayectoria imprecisa.

Irreversibilidad: consiste en que el volante debe mandar el giro a las pero, por el contrario, las oscilaciones que toman estas, debido a las incidencias del terreno, no deben se transmitidas al volante. Esto se consigue dando a los filetes del sin fin la inclinación adecuada, que debe ser relativamente pequeña.

Las trayectorias que corren las ruedas directrices en una curva son diferentes, ya que la orientación de cada una es distinta, y para que la ambas sigan el mismo trayecto se debe de cumplir la condición de que las ruedas del vehículo sigan su trayectoria en el mismo centro o en el momento de su orientación, y para alcanzar este paso se deben de disponer los brazos de acoplamiento los cuales mandan la orientación de las ruedas.

En el sistema de dirección del vehículo también tienen las rotulas, las cuales son muy importantes, ya que estas son un elemento que se encarga de conectar los distintos elementos de la suspensión a las bielas de mando, permitiendo el movimiento de sus miembros en diferentes planos.