Mutación inducida

El procedimiento de mutación mediante el empleo de un agente determinado implica dos etapas, el tratamiento de la población con el mutágeno elegido y luego el aislamiento de los mutantes para su posterior ensayo y selección.

Empíricamente el empleo de diferentes agentes resulta en el aislamiento de distintos «espectros» de mutantes.

La elección de un agente mutagénico depende en general de consideraciones prácticas. En algunos de los casos es más conveniente el empleo de más de uno en lugar del uso masivo de uno solo.

La técnica a emplear puede producir una alta tasa de mutación o puede favorecer la separación de un número reducido de tipos deseables de un gran número de productores mediocres.

Hasta donde sea posible el aislamiento del mutante debería utilizar la característica mejorada del mismo como factor de selección.

El incremento de su productividad podría ser el resultado de una modificación en los mecanismos de control que limitan el nivel de producción y/o de una variación en los precursores que llevan al producto.

En este sentido el conocimiento de las rutas y mecanismos de control de la biosíntesis de un producto facilitan la estrategia a seguir en el aislamiento.

Es importante en los programas de búsqueda y selección, tener una alta pro-porción de mutantes entre la población sobreviviente al tratamiento, debido a que sólo estos individuos son los estudiados.

Con el aumento de la dosis del mutágeno en general se incrementa esta proporción, aunque para cada mutágeno y cada organismo hay una dosis óptima.

Fuente: Apuntes de Microbiología Industrial del Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico de la OEA.