Agentes mutagónicos
Los agentes mutagónicos pueden ser agrupados en:
1) Físicos, como la luz ultravioleta, que es un mutágeno muy conveniente. La longitud de onda puede variar de 200 a 300 nm y el tiempo de exposición entre 0.5 y 20 minutos, dependiendo de la sensibilidad del organismo y tratando de lograr un porcentaje de muerte entre el 90 y 99.9%. Otros agentes como rayos X y rayos v son actualmente poco utilizados.
2) Químicos: Estos agentes se emplean en concentraciones del orden de 0.05 M con exposiciones de 0.5 a 12 horas.
Como muchos de ellos son no tóxicos, el grado de mortandad no es empleado como dato de eficiencia. El tratamiento se realiza adicionando el mutágeno a una suspensión de células, la cual es incubada a temperatura constante un determinado tiempo.
Estas manipulaciones requieren personal con experiencia debido a las lesiones que pueden ocasionar. Entre estos agentes se destacan los siguientes:
a) Acido nitroso. Este agente induce transiciones A-T — G-C y/o deleciones por uniones cruzadas en el interior de la cadena.
b) N-metil-N’-nitro-N-nitrosoguanidina (NTG). Es uno de los mutágenos más potentes, produciendo una alta tasa de mutación con bajo porcentaje de mortandad. Requiere de un manejo sumamente cuidadoso.
c) Análogos de base. Producen transiciones, como el 5-bromuracilo y la 2-aminopurina, siendo otros análogos menos efectivos. Sus modos de acción dependen de sus incorporaciones al nuevo ADN formado y del lugar que ocupen al sustituir a la base normal.
d) Mutágenos estructurales, como la proflavina o naranja acridina que no son incorporados covalentemente al ADN, sino que actúan como agentes de intercalado en la estructura, promoviendo adiciones o deleciones simples durante la síntesis.
Fuente: Apuntes de Microbiología Industrial del Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico de la OEA.