Secuelas de la segunda guerra mundial
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el único país importante que no estaba devastado por la guerra.
Durante ésta, el tamaño de la economía estadounidense se había duplicado, prácticamente, y dicho país dominaba al mundo en términos económicos, políticos y militares.
En este clima, muchas empresas estadounidenses empezaron a realizar cuantiosas inversiones directas en industrias primarias en el exterior, por ejemplo en la producción de petróleo y en la minería.
El desarrollo tecnológico y el diseño de productos seguían enfocados hacia el mercado interno de Estados Unidos; las multinacionales estadounidenses, por regla general, consideraban al resto del mundo como fuente de materias primas, mano de obra barata y mercados complementarios.
A mediados de los años cincuenta, las compañías de Estados Unidos empezaron a realizar importantes inversiones directas en instalaciones fabriles en el extranjero.
En la década de 1960, las empresas estadounidenses de servicios —bancos, compañías de seguros, asesores en mercadotecnia y otros más— fueron las que se expandieron al extranjero.
Sin embargo, con el tiempo, conforme el poder adquisitivo mejoró en el exterior, sobre todo en Europa y Japón, la producción interna de esos países prosperó.
Con el tiempo, los productores extranjeros se expandieron más allá de sus fronteras nacionales y entraron en el mercado internacional.
Aunque estos competidores extranjeros, al principio, dependían de tecnología estadounidense, los costos más bajos, con el tiempo, les dieron una ventaja competitiva. Hoy, han tomado la iniciativa para desarrollar y mejorar la tecnología y esto ha aumentado su competitividad.
Las empresas de Europa Occidental —sobre todo en industrias como las de productos químicos, aparatos eléctricos, productos farmacéuticos y neumáticos— empezaron a responder a finales de los años sesenta, constituyendo y adquiriendo filiales estadounidenses.
Lo mismo hicieron las gigantescas empresas mercantiles japonesas, sobre todo durante los años ochenta, cuando trataron de circunvalar las leyes proteccionistas de Estados Unidos que les impedían el acceso al mercado estadounidense.
Con objeto de reducir sus costos de producción, las compañías japonesas y estadounidenses también empezaron a invertir en instalaciones en países en vías de desarrollo.
En consecuencia, en años recientes, el comercio y al competencia internacionales se han intensificado. Más de la cuarta parte del total de los bienes producidos en el mundo ahora traspasan las fronteras nacionales, mientras que tres cuartas partes de los bienes producidos en Estados Unidos enfrentan competencia extranjera.
Como señala Lester Thurow, ahora vivimos en un mundo donde los costos de transporte son tan insignificantes que todo lo que tenga posibilidad de comercialización, se comercializará en poco tiempo.
En este mercado global, las organizaciones deben luchar por captar mercados en el extranjero, al mismo tiempo que defienden sus mercados nacionales contra la competencia extranjera.
Uno de los mercados que se acaban de abrir a intereses de Estados Unidos es el de Vietnam. En un acto cargado de emoción y de recuerdos amargos de hace más de 20 años, el presidente Clinton levantó el embargo contra Vietnam que duró 19 años.
El hecho desató una estampida de empresas estadounidenses, ansiosas de hacer negocios con los 72 millones de habitantes de Vietnam. Entre las más de 30 compañías que han establecido representaciones en Vietnam están Digital, BankAmerica, IBM, Caterpillar, General Electric, Motorola y Philip Morris. GM, Ford y Chrysler.
Están considerando la posibilidad de establecer plantas de montaje para aprovechar la capacitada mano de obra de Vietnam. Las empresas estadounidenses tienen mucha competencia de otros países que les llevan ventaja en las ventas, como Australia, Taiwán, Francia, Hong Kong y Japón.
No obstante, una ventaja oculta para Estados Unidos son el millón y pico de vietnamitas que se han establecido en dicho país, que ya han invertido en pequeñas empresas en el sur de Vietnam y que probablemente invertirán más ahora que es lícito hacerlo.
Fuente: Apuntes de la materia de Administración 2 / Unideg