Relaciones sociales
Aunque algunos líderes de negocios aún se regocijan de su individualismo, la mayoría de los ejecutivos exitosos aprenden a cultivar grandes redes sociales. Cultivar y desarrollar relaciones sociales va en buena medida más allá de las habilidades individuales. Es posible fundamentar nuestra carrera en la facilidad que tenemos de entrar en contacto con otras personas.
Crear una red social quiere decir conocer personas y, a la vez, ayudarlas a tener éxito. Crear redes sociales supone ser generosos con nuestro tiempo y entablar relaciones sobre la base de dar y recibir. Las personas que están en pleno proceso de desarrollar redes sociales deberían ayudarse entre sí a medida que incluyen nuevos miembros en su círculo de amigos.
Cuando ayudamos a alguien, nos beneficiamos de una expansión geométrica y creamos más oportunidades para más gente. Esto genera una asociación cada vez más grande y, mientras más gente, mejor. La Internet funciona con el mismo principio: estar abierto a todo. Mientras más gente contribuya, mejor será la Red.
La creación de redes sociales se ha vuelto cada vez más importante a medida que las organizaciones comerciales se vuelven más horizontales y menos jerárquicas. Las alianzas comerciales son cruciales en una organización horizontal. En las organizaciones jerárquicas sólo gana una de las partes. Pero evitar este tipo de organizaciones redunda en beneficio de todos, aumenta las ganancias y establece las bases de una colaboración positiva.
Este enfoque contrasta claramente con la costumbre comercial de los años cincuenta de intercambiar lealtad por empleo a largo plazo. Bajo este modelo, las corporaciones ofrecían seguridad laboral y se convertían en el punto focal del empleado. En cambio, hoy en día, los empleados son agentes independientes. Ya no le son leales a la corporación sino a las relaciones interpersonales. En todo caso, hoy en día el individualismo sólo reducirá nuestra carrera. Así pues, para robustecer esta misma, debemos desarrollar nuestra capacidad de relacionarnos con los demás.
Identifique a la gente que quiere conocer. Busque mentores con habilidades sociales que usted quiera emular o busque personas que quieran influir en su crecimiento personal.
Tenga cuidado con las trampas. Un consultor que quería entrar a la industria del entretenimiento llamó a un compañero de clases de Los Angeles. Este lo refirió a un amigo que estaba haciendo algunos negocios con los estudios de Hollywood. Pero cuando el consultor le pidió que le presentara un importante ejecutivo del mundo del entretenimiento, el negociador se rehusó, porque no estaba dispuesto a gastar su capital social en un extraño. Sin duda que el negociador tenía un concepto errado sobre las relaciones. La buena voluntad puede llenarse de nuevo, nunca se agota.
El ex presidente Bill Clinton reconoció el valor de la buena voluntad desde el principio de su carrera. Desde que estaba en la universidad, comenzó a guardar los nombres de las personas que iba conociendo. Cuando se le preguntaba por qué hacía esto, respondía que porque algún día quería ser el gobernador de Arkansas. Muchos años después, Clinton les dio las gracias a personas que había conocido tiempo atrás. Demostró así la importancia de tener objetivos claros y de contar con verdaderas relaciones. Pero esto requiere de esfuerzo.
Winston Churchill fue considerado por sus coetáneos un gran conversador y un excelente anfitrión; sin embargo, Churchill se preparaba durante horas, ensayando comentarios y bromas que compartiría con personas específicas.