Mecanismos de humor

La risa es una reacción emocional a ciertos hechos, muchas veces basada en lo social, en la forma en que un determinado suceso puede ser visto u entendido en el contexto en que la persona desarrolla sus actividades. Esto quiere decir que, si bien hay todo un lenguaje del humor que es prácticamente universal, también hay otra parte importante que modifica sus reacciones dependiendo de la sociedad en que estemos.

Básicamente, la risa puede responder al humor o a la felicidad o a los nervios. Pero la que nos interesa es aquella que aparece ante una circunstancia que nos causa gracia.

La forma de humor más básica que existe, probablemente, es aquella que incluye lo físico, las caídas, los golpes, los accidentes. Por algún motivo, este tipo de humor suele tener gran repercusión entre las personas, que aparentemente disfrutan de ver otra persona pasando por una experiencia de este tipo. Pero, en realidad, suele ser una reacción que se relaciona más con otro tipo de mecanismo: la sorpresa.

La sorpresa es la principal razón detrás de la mayor parte de las risas espontáneas. Lo que nos lleva a reírnos es un suceso que acontece de forma inesperada, en un momento en que ciertamente lo esperable es otra cosa. Para que sea realmente efectivo, tiene que haber una predisposición lógica que apunte a que pase otra cosa.

Si la persona que recibe el estímulo no está esperando un acontecimiento en particular, la sustitución de este por otro (generalmente ridículo y totalmente fuera de contexto) no causara el mismo efecto. Por supuesto, esto depende de reglas que son dictadas desde lo social, y difiere en el espacio y en el tiempo, aunque algunas se mantienen.

Otro mecanismo muy básico del humor, que es, a la vez, el primero al que se acude (los primeros chistes que hacen los chicos suelen ser de este tipo) y una forma de humor que se mantiene, se refina, con el paso de los años y puede llegar a dar muy buenos resultados siempre, es el de la confusión.

Como forma más simple, tiene el de la confusión de un significado de una palabra con otro posible significado. Esto se puede ver en la televisión constantemente. La doble utilización del lenguaje verbal, ya sea de forma refinada o simple, es uno de los principales recursos que usan tanto humoristas como comediantes.

Y es también el motor de muchos chistes clásicos, desde los de Jaimito hasta otros mucho más elaborados. La confusión también se puede presentar en el lenguaje corporal y todas las comedias de las denominadas “de enredos” también usan el error en las relaciones entre sus personajes y de estos con el mundo, como el motor de sus argumentos.