The effective executive

La eficacia es hacer las cosas que deben hacerse y no hacer las cosas bien (doing the right things, rather than doing things right). En la empresa se hacen bien multitud de cosas inútiles. Y este es el problema.

Drucker señala que la sociedad necesita ejecutivos eficaces y que no existe evidencia empírica que demuestre un correlato entre la inteligencia y la eficacia. La inteligencia, como la imaginación y el conocimiento, son buenas condiciones de partida, pero solo la eficacia los convierte en resultados.

1. El ejecutivo es cautivo de la organización. No dispone propiamente de su tiempo. No puede evitarlo. El tiempo, su tiempo, es absorbido por los demás. El ejecutivo eficaz ha de superar esta limitación y puede hacerlo tomando una serie de medidas:

– Identificar y eliminar lo que no debe hacerse en absoluto. Hay cosas que se hacen por rutina, pero que si se dejaran de hacer no ocurriría nada.
– Delegar. Es lo que más cuesta hacer. Da la sensación de que perdemos poder y, sin embargo, lo ganamos.
– Evitar hacer perder el tiempo a los demás.

2. El ejecutivo no para, siempre está en movimiento. Se pierde en tareas operativas cuando ha de centrarse en lo fundamental, en aquello que afecta directamente al resultado.

3. La integración del ejecutivo en la organización puede llevarle a la inoperancia si no es capaz de “vender” su contribución al resto. La empresa puede ser un reino de taifas si no se produce la interacción necesaria entre las partes.

4. La cuarta limitación del ejecutivo es la propia organización, que puede transformarse en una cárcel en la que uno se halla encerrado. Drucker señala que la empresa es una abstracción y
que lo importante está fuera. El mercado, el cliente, el consumidor están fuera y son ellos los que producen los resultados. Hay una tendencia natural a dedicarse a lo interno y olvidarse de lo externo. Y esto es muy negativo.

Fuente: Libro El canon del Management por Alfonso Durán-Pich