Referencias bibliográficas
No es costumbre incluir este apartado en el póster, salvo que hagamos alguna referencia implícita a lo largo del texto a alguna fuente bibliográfica. En cualquier caso, nunca será una bibliografía amplia y, mucho menos, una relación de fuentes bibliográficas que no hayamos consultado para realizar el trabajo. Recomendamos, recogiendo a Purrington (2004), que las citas no sobrepasen el número de diez .
En algunos trabajos se pueden incluir, al final, reconocimientos a otras personas o instituciones o informaciones adicionales que, en ningún caso, deben superar las 40 palabras.
Para que el póster sea eficaz como vehículo de comunicación visual, en los distintos apartados que hemos descrito, según Guardiola [(2002) 18] debemos considerar los siguientes aspectos:
- Han de predominar por encima del 50% las figuras y las tablas y a estas últimas, siempre que sea posible, las sustituiremos por una representación gráfica.
- Deben estar muy claros los diferentes apartados, que deben aparecer separados por espacios en blanco y diferenciados con cajas o fondos distintos.
- La información que no sea importe o relevante no debe incluirse, desvía la atención del lector y evita que se centre en los más importante.
- Debemos vigilar la redacción para no incluir en errores expresivos y, menos aún, ortográficos o simples erratas.
- Hay que cuidar que los datos sean consistentes. Es decir, que los resultados coincidan con los enunciados y que no haya errores en textos, tablas y figuras.
Algunos congresos piden, además, un resumen que puede servir para hacer la selección previa de las comunicaciones, como apoyo al propio póster durante las sesiones del congreso o para formar parte de las actas.
En este caso, la organización del evento suele dar indicaciones sobre su contenido y presentación. Existen dos posibilidades:
- Copia del póster en tamaño A-4 con explicaciones añadidas que complemente los textos e imágenes
- Estructura del póster en formato de texto, pero desarrollando más los distintos apartados, de forma que la información sea más completa que la que aparece en el póster.
El resumen ha de contener los puntos esenciales del trabajo, pero con una extensión limitada (normalmente la organización indica el número de palabras que contendrá el resumen) lo que nos obliga a ser claros, breves y concisos. Es decir, a base de frases cortas, con un lenguaje cuidado al máximo en el que se empleen las palabras más adecuadas para comunicar el mensaje de manera exacta. Ha de contener sólo la información esencial, evitando las descripciones muy detalladas y un aquel dato que no sean fundamentales para interpretar el contenido.
Se pueden incluir tablas, figuras o fotografías que ayudan a exponer el contenido de manera resumida. También se pueden incluir algunos agradecimientos y referencias bibliográficas que no aparecerán en el póster por falta de espacio.