La visión de la vida retrospectivamente
Tradicionalmente la vida ha sido un concepto abstracto y por tanto difuso y difícil de definir. Por esto se solía definir en contraposición a la no vida o lo inerte, especialmente aludiendo a las propiedades diferenciadoras. Lo que más confundía eran las estructuras víricas que no comparten todas las propiedades más comunes del resto de las estructuras vivas. Como tampoco estaba clara la frontera entre la vida y la muerte, haciendo difícil determinar cuando acontece exactamente ésta última.
Dada la confusión a la hora de definir vida, se optó por definirla en función a los resultados que se obtienen tras el desarrollo completo del ADN, y no en base al potencial mismo de esa molécula, así se establecierón algunas características comunes:
- Los seres vivos requieren energía. Es decir, se alimentan.
- Los seres vivos crecen y se desarrollan.
- Los seres vivos responden a su medio ambiente.
- Los seres vivos se reproducen por sí mismos. Sin necesitar ayuda externa. Siendo éste un hecho clave.
Estas características intentaban apuntar a la definición de vida, pero definir así la vida era una versión suave de la definición fisiológica que se explica más adelante. Ésta es muy simple y permite incluir como seres vivos, por ejemplo, a los cristales minerales los cuales crecen, responden al medio, se reproducen y por supuesto consumen energía al crecer y propagarse. Se hacía necesario, pues, buscar otras características propias de la vida más allá de las puramente intuitivas.
La definición de vida se planteaba como algo bastante más complejo y difícil. Se ofrecían diferentes definiciones, y era cuestión de gusto dar por buena una u otra, como veremos. Tal definición ha seguido una evolución paralela a la que ha seguido la ciencia que la define, la biología.
Especulaciones recientes
Existe una hipótesis aun no demostrada que matiza la definición termodinámica de la vida, y defendida por Lynn Margulis. Ésta considera la vida como un sistema complejo que surge bajo condiciones iniciales favorables, y que localmente acelera la conversión energética entre, en nuestro caso, el calor del Sol y el frío espacio. La larga vida media de una estrella permite que este sistema vivo evolucione a niveles cada vez más complejos, dado que el sistema se perpetua mediante material genético de copia imperfecta (definición bioquímica) y de alguna forma es seleccionada siempre la copia más eficiente (definición genética) siendo ésta la más favorable termodinámicamente.
Esta interpretación no sirve para definir mejor qué es la vida, pero complementa la visión termodinámica con un por qué. No sólo lo vivo tiende a aumentar el orden sin una ayuda material externa, sino que además este aumento del orden es perfectamente lógico con la tendencia al desorden general, porque para ello se utiliza constantemente energía. En parte, da una vuelta al enfoque y un ser vivo pasa de ser el que utiliza la energía para vivir al que vive para utilizar la energía. Lo que nos lleva a la definición del principio.