Garantía de calidad

El concepto de garantía de calidad, que abarca control de calidad y pruebas de aptitud, se refiere principalmente a las actividades de medición. Aunque estos conceptos se han asociado casi siempre a los laboratorios analíticos, su ámbito debe ampliarse para englobar también los muestreos y las mediciones.

En los casos en que sea preciso realizar análisis y muestreos, ambos procedimientos deberán considerarse como uno solo desde el punto de vista de la calidad. Puesto que ninguna cadena es más fuerte que el más débil de sus eslabones, el uso de instrumentos y técnicas con diferentes niveles de calidad en las distintas etapas de un mismo procedimiento de evaluación implica malgastar los recursos. La precisión y la exactitud de una balanza analítica de gran calidad no puede compensar el uso de una bomba de muestreo que tiene una velocidad de flujo inadecuada.

La actuación de los laboratorios debe examinarse para identificar y corregir las posibles fuentes de error. Es preciso adoptar un enfoque sistemático para mantener bajo control los numerosos detalles implicados. Es importante establecer en los laboratorios de higiene industrial programas de garantía de calidad, que engloben tanto controles internos de calidad, como evaluaciones externas de calidad (llamadas con frecuencia “pruebas de aptitud”).

En lo que se refiere a la toma de muestras o a las mediciones realizadas con instrumentos de lectura directa (como los que se utilizan para la medición de agentes físicos), la calidad implica la existencia de procedimientos correctos y adecuados para:

  • realizar estudios preliminares que incluyan la identificación de los posibles riesgos y de los factores que deben tenerse en cuenta para diseñar la estrategia;
  • diseñar la estrategia de muestreo (o medición);
  • seleccionar y utilizar metodologías y equipos de muestreo o medición, teniendo en cuenta tanto los fines de la investigación como los requisitos de calidad;
  • ejecutar los procedimientos, incluido el control de tiempos;
  • manipular, transportar y almacenar las muestras (en su caso).

Por lo que respecta al laboratorio analítico, la calidad implica la existencia de procedimientos adecuados y correctos de:

  • diseño e instalación de los equipos;
  • selección y utilización de métodos analíticos validados (o, en caso necesario, validación de los métodos analíticos);
  • selección e instalación de instrumentos;
  • suministros adecuados (reactivos, muestras de referencia, etc.) En ambos casos, es indispensable disponer de:
  • protocolos, procedimientos e instrucciones por escrito que sean claros;
  • calibrado y mantenimiento rutinario de los equipos;
  • personal formado y motivado para realizar correctamente los procedimientos establecidos;
  • gestión adecuada;
  • control de calidad interno;
  • evaluación externa de la calidad o pruebas de aptitud (si procede).

Asimismo, es esencial que existan procedimientos adecuados para el tratamiento de los datos obtenidos y la interpretación de los resultados, así como para su notificación y registro.

La acreditación de los laboratorios, definida por el CEN (EN 45001) como “el reconocimiento formal que un laboratorio de ensayos es competente para realizar determinados ensayos o tipos de ensayos”, es una herramienta de control muy impor-tante que debe promocionarse. Debe abarcar tanto la toma de muestras como los procedimiento analíticos.

Fuente: Herrick Robert F., Enciclopedia de Salud y Seguridad en el trabajo.