Gravar los ingresos derivados de un contrato de obra

Art. 16 a, que grava los ingresos derivados de un contrato de obra, no viola el principio de proporcionalidad tributaria.

Dispone el numeral en cuestión que los contribuyentes que celebren contratos de obra inmueble considerarán acumulables los ingresos provenientes de dichos contratos en la fecha en que las estimaciones por obra ejecutada sean autorizadas o aprobadas para que proceda su cobro.

Si se considera que el contrato de obra tiene el carácter de sinalagmático, pues el contratista se obliga a la construcción de un inmueble y quien se lo encomienda, a pagar un precio, debe concluirse que desde el momento en que se perfecciona el contrato se modifica en forma positiva el patrimonio del contribuyente con un ingreso en crédito (acumulable en términos del diverso art. 15), independientemente de que se produzca una entrada de efectivo en forma simultánea o no.

De esta forma, si en esta disposición, la ley se abstiene de obligar a que se acumule el precio total es porque reconoce que la construcción de un inmueble, por su naturaleza, no es una operación que inicie y concluya en un solo instante; por ello identifica el momento en que se genera el ingreso con la autorización de las estimaciones o etapas de avance de la construcción.

Que incuestionablemente constituye n un ingreso en crédito, independientemente del momento en que se obtiene su pago en efectivo y, por consecuencia, no es acertado que se grave en forma desproporcionada la capacidad económica del contribuyente.