La planificación en américa latina
En los últimos treinta años la planificación del sector público en América Latina ha pasado por una serie de etapas iniciales, de infancia, y paulatina consolidación. Los primeros esfuerzos se orientaron a recoger y analizar los datos básicos sobre los fenómenos económicos y sociales que influyen en ellos. Ha habido también una larga etapa de preparación de los recursos humanos necesarios para realizar esta función, no sólo en la cabeza del gobierno, sino en todos los sectores de actividad. Esta etapa todavía no ha terminado.
Otro aspecto importante ha sido el establecimiento de la organización necesaria para planificar. Toda función necesita un órgano adecuado que la realice y por ello ha sido preciso establecer en el gobierno instituciones especializadas para realizar la función de planificación. Los primeros esfuerzos naturalmente se hicieron para establecer oficinas centrales de planificación, la mayoría adscritas a la Presidencia de la República. Estos fueron los organismos encargados de realizar la primera etapa del desarrollo de la función que se ha mencionado antes. Tuvieron también una labor importante de promover la utilización de esta función y procurar su empleo por parte de las autoridades nacionales. Este cambio en la forma de tomar decisiones públicas no ha sido fácil. En muchos de nuestros países la planificación todavía no ha conseguido afianzarse plenamente como el sistema que realmente se utiliza para dar coherencia al funcionamiento del Estado.
El período de infancia de la planificación ha sido largo y lleno de altibajos. La institucionalización de los organismos de planificación ha tomado muchos desafíos, dependiendo de la capacidad técnica de los recursos humanos encargados de ella y de los recursos materiales que los gobiernos han estado dispuestos a invertir en esta función. Estas limitaciones hicieron que por largo tiempo la planificación sólo pudiera ser realizada en las oficinas de la Presidencia y que desde éstas se intentara planificar para todo el sector público, sin la participación técnica o política de los diferentes sectores. La concentración de la planificación en la cabeza del gobierno ha sido uno de los problemas más difíciles de resolver y sus resultados han dejado mucho que desear, por su tendencia a imposición de soluciones no siempre acertadas. Aunque para evitar esta situación, el gobierno federal ha comenzado a descentralizar actividades en los Estados y Municipios que forman parte de la nación mexicana.