Determinación de lo que se va a producir

El problema económico fundamental de infinitas necesidades y escasos medios de satisfacerlas hacen necesario que todo sistema económico posea algún método de determinar no sólo los bienes y servicios que han de producirse, sino también su orden de importancia. Encontramos dos métodos básicos de desempeñar esta función en uso actualmente en el mundo.

En el primer ejemplo, la función es desempeñada por la acción particular de los individuos que constituyen la sociedad, y en el segundo por el estado, es decir, por el gobierno o sus agencias.

En una sociedad que depende de la acción privada, los mismos consumidores determinan los valores comparativos de los bienes y servicios por medio del sistema de precios, Los individuos gastan su poder adquisitivo siempre que lo desean, y cada peso gastado es un voto sobre lo que ha de producirse.

Cuando más urgentemente desean los consumidores artículos específicos, más altos que serán los prec ios de dichos artículos con relación a los otros. Artículos menos urgentes deseados fijan precios relativamente más bajos.

Cuanto más abundante sea la cantidad disponible de un producto, más bajo será su precio. Los cambios en las preferencias de los consumidores provocan cambios en los precios de los bienes.

Por ejemplo, si el deseo de las amas de casa de poseer televisores se llevan con relación a sus deseos de poseer lavadoras de platos, canalizarán sus gastos desviándolos de estas últimas hacia los primeros y los precios de los televisores subirán, mientras que los de las lavadoras de plato s bajarán.

La variedad de precios establecida para bienes y servicios refleja los valores relativos por unidad de las cantidades actualmente disponibles a los consumidores como grupo.

En las economías en las que el estado determina lo que ha de producirse es necesaria mucha planeación detallada. Al hacer estimaciones de las futuras necesidades de producción, surgen problemas difíciles concernientes a si se necesitan mayores cantidades de algunos productos.

Por ejemplo, una decisión para aumentar las cantidades de metal en lámina, neumáticos de caucho , alambre de cobre, baterías y otros accesorios usados en manufactura. Puesto que los recursos de la economía son limitados, sólo pueden obtenerse cantidades adicionales de estos artículos si se reducen las cantidades de otros productos.

Pero, ¿en cuánto debe reducirse? Aún cuando la ayuda de computadoras de alta velocidad, la tarea a que se enfrentan los planeadores es difícil. La planeación por el gobierno de lo que ha de producirse puede basarse en:

1. Los deseos de los consumidores

2. Decisiones oficiales sobre lo que es mejor para el público

3. Aspiraciones y objetivos del gobierno aparte de lo que el público desea.

Cuando los gobiernos tratan de planear de acuerdo con los deseos del consumidor, pueden hacer uso de un sistema de precios para registrar dichos deseos, aunque no es esencial que lo hagan así. Cuando la planeación gubernamental se base en las decisiones del gobierno sobre lo que es mejor para el público, se toman decisiones arbitrarias en cuanto a lo que ha de producirse, y se establecen cuotas de producción para cada artículo en una vasta lista de bienes y servicios.

Es probable que haya movimiento a favor de reducir los tipos, modelos y estilos disponibles con objeto de simplificar la planeación – por ejemplo, un consumidor puede que no logre obtener la corbata roja que desea. Cuando a los objetivos del gobierno se les asigna prioridad, es seguro que se produzcan conflictos entre estos objetivos y los deseos de los consumidores.

Puede ser que el gobierno decida que la fuerza militar es esencial para mantenerse en el poder cuando el público preferiría que, en su lugar, se producirán más bienes de consumo. O el gobierno, mirando hacia el futuro, puede que desee retirar recursos de bienes y servicios para el consumo en el presente para acumular capital y aumentar la capacidad productiva futura, mientras que los consumidores desean más bines y servicios ahora.

Actualmente, vemos combinaciones de los dos métodos de determinar lo que se ha de producir en uso en todo el mundo. En Estados Unidos de Norteamérica, la voluntad de los consumidores es el método predominante, pero está atenuado por decisiones gubernamentales en cierto número de áreas.

Por ejemplo, existen prohibiciones legales contra la venta de ciertas drogas; organismos oficiales toman decisiones con relación a la construcción de ferrocarriles: y podrían citarse algunos ejemplos más. En la Unión Soviética, la planeación gubernamental es el método predominante para distribuir los recursos, aunque aún aquí la elección de los consumidores desempeña por lo meno un papel limitado.

Fuente: Apuntes de Microeconomía de la UNIDEG