Competición en los mercados de ventas: competencia perfecta

Si estuviste a punto de crear, o si ya operara realmente, un servicio de cuidadoras de niños, una oficina de datos obtenidos con computadoras, una lavandería, una tienda de comestibles, una empresa fabricante de automóviles o cualquiera otra clase de empresa comercial, desearía usted realizar un análisis completo de la función de producción de la empresa y de sus diversos componentes de costos.

Pero el análisis sería más significativo si diera un paso más – si analizara también el mercado para su producto y estimara los precias y los ingresos que recibiría en diferentes niveles de precios posibles.

Podría usted comparar los ingresos y los costos en niveles de producción alternativos; determinar cuáles, si los hay, valdría la pena emplearlos en el negocio; si hubiera en realidad una gama de productos lucrativos, podría usted escoger el más provechoso, de millares de empresas comerciales se dedican al análisis de sus posiciones costos e ingresos, y en estos análisis basan su asignación de precios y sus decisiones sobre la producción.

Estas son las decisiones que organizan la producción en el sector privado, a diferencia del sector público, de la economía. Se crean cuadros de precios y se determina la composición de la producción. Aquí nos ocuparemos de la organización de la producción en los tres niveles de operación:

1) El de la empresa individual,

2) El de la industria, y

3) El de todo el sector privado de la economía.

Los vendedores de bienes y servicios encuentran una amplia variedad de condiciones competitivas que dependen de lo que venden y de dónde lo venden. El vendedor de trigo encuentra que existen muchas empresas que venden un producto idéntico al que él ha de colocar en el mercado – tantos, en realidad, que por sí mismo no puede afectar al precio del trigo.

Si no hubiera precios de apoyo gubernamentales efectivos para el trigo, su precio aumentaría o disminuiría en respuesta a los cambios en la demanda total de los consumidores y en la oferta total que los vendedores llevan al mercado.

El vendedor de trigo es libre de vender lo que desee vender y esto generalmente es cuando puede recibir el precio más elevado. Cualquier mercado de productos en el que los vendedores hacen frente a las condiciones señaladas anteriormente, con tipo cursivo, se dice que es uno de competencia pura.

En el otro extremo del espectro hallamos monopolio puro. En esta situación de mercado sólo existe un vendedor del producto y no existe su bstituto alguno del bien.

Ejemplos son los que proporciona e vendedor de servicios telefónicos en una región determinada y la mayoría de los otros servicios púb licos.

Entre los extremos de la competencia pura y del monopolio puro existen diferentes grados de competencia. El conjunto de condiciones intermedias se llama competencia imperfecta. En ocasiones, en un mercado específico sólo hay un puñado de vendedores de un producto, como es el caso de los automóviles.

Llamamos a esta situación oligopolio, que significa pocos vendedores. Puede haber también muchos vendedores en un mercado, pero el producto vendido por cada uno difiere en cierto modo del vendido por los demás. Estos son mercados de competencia monopolística. La
competencia oligopólica y monopolística son sub-clasificaciones de competencia imperfecta.

Aunque la mayoría de los vendedores de bienes y servicios operan en mercados de competencia imperfecta, las situaciones de competencia pura proporcionan un medio conveniente para el análisis de precios y la producción.

Los modelos de mercado de competencia pura ocupan aproximadamente el mismo lugar en el análisis económico que la mecánica sin fricción en el estudio de la física nos proporcionan relaciones muy sencillas de causa y efecto que, apropiadamente modificadas, nos permiten profundizar más en el conocimiento de las complejas condiciones del monopolio y la competencia imperfecta.

Así, existen también situaciones de mercado razonablemente cercanos a la pura competencia para que hagan de los principios puramente competitivos valiosos instrumentos de análisis.

Fuente: Apuntes de Microeconomía de la UNIDEG