¿Cómo evitar el sobreendeudamiento?

Reducir el número de tarjetas de crédito, evitar descubiertos, reagrupar préstamos y renegociar la hipoteca ayudan a atenuar una situación de sobreendeudamiento. Los criterios que deben seguirse para evitar llegar a una situación de sobreendeudamiento son sencillos, aunque no siempre fáciles de llevar a cabo.

Ampliar los plazos de la hipoteca

Cuanto mayor es el plazo de devolución del préstamo hipotecario, menor es la cuota mensual que se debe pagar. Sin embargo, el coste total de adquisición de la hipoteca es más elevado, ya que se ha desembolsado más dinero por los intereses. Por ello, el plazo más adecuado es el más breve posible, sin que el abono mensual sobrepase los límites de riesgo de sobreendeudamiento.

Intentar renegociar la hipoteca

Si, a pesar de un descenso del euríbor, la cuota hipotecaria no disminuye, es probable que el contrato incluya una cláusula suelo. La cláusula suelo impide que las bajadas de los tipos de interés se trasladen a la cuota mensual hipotecaria.

Buscar una refinanciación de la deuda

Cuando se tienen varios préstamos contratados a un interés elevado, se puede negociar con el banco un proceso de refinanciación de deuda, que consiste en una reagrupación de los créditos a un tipo de interés menor.

En cualquier caso, antes de firmar la reagrupación, se debe conocer a cuánto asciende la cuota resultante para estar seguros de poder asumirla.

Contratar los créditos de forma correcta

Se debe reducir las deudas, abonando primero las más apremiantes y las de menor cuantía. En cambio, no conviene solicitar un crédito para adquirir bienes prescindibles, puesto que se devuelve mucho más de lo que se pidió, debido a los altos intereses.

En este sentido, hay que extremar las precauciones al intentar obtener un préstamo personal ya que los tipos de interés son muy altos.

Tener las tarjetas justas

La utilización de tarjetas incita a un mayor consumo, puesto que no se tiene la percepción de que se ha gastado. Por ello, conviene tener las tarjetas justas y cancelar las que no se emplean. Para los gastos diarios, se debe usar dinero en efectivo.

Aplazar a crédito las compras al mes siguiente o, incluso, hasta tres meses después, suele conllevar altos intereses, que hoy rondan el 20%.

Vigilar los seguros que se contratan y el costo de las comisiones

A menudo, el gasto en seguros pasa inadvertido, porque es un pago que se hace una vez al año. Por ello, es esencial no contratar ningún seguro que no se necesite o que no sea obligatorio.

Renunciar a los gastos innecesarios

Es conveniente identificar los gastos superfluos que se pueden eliminar, reducir o aplazar hasta un momento de mayor desahogo económico y, mientras, dar prioridad a los gastos esenciales, como el pago de la hipoteca y las facturas de los suministros del hogar (agua, luz y gas).

El resto de las deudas debe abordarse según el volumen y tipo de interés que generen al mes y teniendo en cuenta la penalización por demora. Además, hay que olvidarse de las comidas fuera de casa, las celebraciones y otros gastos sociales.

Recurrir a la familia

Para salir del atolladero del sobreendeudamiento, se puede solicitar un adelanto de la nómina en la empresa o pedir la ayuda de familiares o amigos.

Fuente: Consumer.es