Las políticas de la oferta

En fecha más reciente, algunos economistas se han declarado partidarios de las políticas de la oferta para dirigir la economía. Los partidarios de la economía enfocada a la oferta rechazan el concepto keynesiano de que el gobierno debería actuar para estimular la demanda agregada; en cambio miran hacia la oferta agregada y el aumento de producción.

En la práctica, el instrumento medular de la política de la oferta ha sido el sistema fiscal. (En este sentido, la política de la oferta no es sino un caso especial de política fiscal.) Los impuestos de las personas disminuyeron en 1981 y de nueva cuenta en 1986. La meta era incrementar la oferta de trabajo mediante el aumento del incentivo para trabajar y aumentar la oferta de capital mediante el aumento del incentivo para ahorrar.

Además, las reducciones fiscales de 1981 disminuyeron mucho los impuestos sobre sociedades y ofrecieron incentivos fiscales para estimular la inversión. Los partidarios de estas políticas decían que estimular la oferta de trabajo y de capital y aumentar la inversión era la mejor manera de elevar la oferta de bienes y servicios.

Los políticos y los economistas siguen discutiendo acaloradamente las repercusiones de esta notable reducción de los impuestos de las personas y las sociedades. Uno de los legados de las abultadas reducciones fiscales ha sido un aumento notable del déficit del presupuesto federal.

El déficit presupuestal se presenta cuando el gobierno gasta más de lo que recibe por concepto de ingresos fiscales corrientes. En tal caso, el gobierno cubre sus gastos mediante créditos del público, para lo cual emite certificados pagaderos en el futuro. Algunos partidarios de la oferta sostenían que las reducciones fiscales no elevarían el déficit. Argumentaban que con impuestos más bajos la gente trabajaría y ahorraría más. En consecuencia, la economía se expandiría y e l monto total de impuestos recaudados aumentaría, a pesar de la reducción de las tasas individuales. Por desgracia, resultó que no era así: El déficit subió muchísimo después de las reducciones de impuestos.

La magnitud de los déficits gubernamentales recientes ha reanimado el interés por cuestiones relacionadas con sus repercusiones. ¿Cómo fue, con exactitud, que se presentaron estos déficits? ¿Son iguales todos los déficits? ¿Cuáles son sus repercusiones y presentan un problema para la economía? ¿Cuál es la relación, en su caso, entre los déficits presupuestales, el tipo de cambio y las tasas de interés?

Los déficits grandes también implican aumentos importantes en la deuda del gobierno y el monto de la deuda preocupa mucho a los hacedores de políticas. ¿Cuáles son las consecuencias de una deuda gubernamental grande? ¿Debe el gobierno tratar de reducirla y, en caso afirmativo, por qué? En capítulos posteriores se analizará la cuestión de la deuda gubernamental.

Fuente: Apuntes de Macroeconomía de la Unideg