Ideas prácticas para mejorar la instrucción, el aprendizaje activo y cooperativo
Haga preguntas a los estudiantes durante las clases para estimular su curiosidad.
Si los estudiantes quieren saber algo – bien sea porque sienten curiosidad o porque les puede ser útil en su vida diaria – estarán más motivados a aprenderlo. Si las preguntas hechas en clase son de naturaleza inquisitiva, también pueden llevar a una mayor comprensión.
Utilice preguntas guía.
Estas se pueden generar para cada tarea, conferencia o presentación audiovisual. Las preguntas motivan a los estudiantes tanto a examinarse ellos mismos como entre ellos, porque los exámenes tienen una alta posibilidad de basarse en estas. Este tipo de preguntas deben probar la habilidad de entender, explicar, ilustrar y aplicar los conceptos y principios enseñados.
Aplique una prueba corta de cinco minutos al comienzo de cada clase.
Las pruebas pueden contener unos cuantos ítems de selección múltiple o de cierto y falso, derivados de las preguntas guía. Estas pruebas cortas motivan al estudiante a repasar sus notas de clase y mantenerse al día en las tareas asignadas. Los estudiantes entre ellos mismos y por su cuenta, se plantean las preguntas guía con el objeto de prepararse para los exámenes.
Utilice presentaciones multimedia.
Los oradores públicos han encontrado que el uso de presentaciones multimedia y oraciones escritas con sencillez, puestas frente al público, enfocan la atención hacia la pregunta planteada. Este método también facilita la asimilación y retención del material.
Simultáneamente con la enseñanza de la materia, enseñe principios de pensamiento crítico.
Utilice el material como apoyo concreto para desarrollar pensamiento crítico. Por ejemplo, al hablar de la Revolución Americana, pida que los estudiantes comparen el punto de vista de los colonos con el del gobierno británico de manera imparcial. Las preguntas de los exámenes se deben basar en estas preguntas guía para asegurar que los estudiantes piensen sobre ellas y, quizás, hasta las discutan fueran de la clase.
Durante la lección, los estudiantes aprenderán elementos de razonamientoademás de Historia Americana. Aprenderán además, algunos elementos de cómo pensar imparcial y objetivamente sobre la historia de los EE.UU.
Fomente el que sus estudiantes se conozcan entre ellos.
El primer día de clase, distribuya a los estudiantes en parejas y pida que cada uno pregunte a su compañero acerca de: ¿de dónde viene?¿cuáles son algunos de sus intereses, pasatiempos y opiniones? y sugiérales tomar notas parafacilitar la memorización de la información. Luego, cada persona presenta su compañero al resto de la clase. De esta manera los estudiantes se conocen desde el comienzo. Esto además de romper el hielo facilitará la comunicación entre ellos cuando se organicen en grupos pequeños.
Escriba los nombres de los estudiantes en tarjetas y pregúnteles a todos, no solamente a los voluntarios.
De esta manera, todos pondrán atención a todas sus preguntas y todos las contestarán activamente. Esta técnica sencilla evita el problema común de que cuatro o cinco estudiantes monopolicenla discusión. También permite compartir una variedad más amplia de reflexiones o de puntos de vista de los estudiantes con la clase (y con el maestro) y mantenerla clase más alerta.
Fomente el pensamiento independiente.
Plantee a sus estudiantes un problema que requiera algo de pensamiento independiente y tenga varias posibles soluciones. Pídales que escriban las soluciones en un papel. Luego, divida la clase en grupos de tres o cuatro y solicíteles compartir con el grupo lo que contestaron. Posteriormente, pida a cada grupo que utilice las mejores ideas de cada integrante y escoja una persona para que comunique la solución conjunta al resto de la clase.
Fomente el escuchar con atención.
Seleccione con frecuencia estudiantes para que resuman en sus propias palabras lo que dijo otro estudiante. Esto estimula a los estudiantes a escuchar activamente a los demás y les ayuda a darse cuenta que pueden aprender de los otros. Además, sirve para disminuir la dependencia del maestro. Escuchar los comentarios y las preguntas de otros estudiantes puede ser bastante educativo. ¡Esto los mantendrá alerta! Otra táctica que fomentamos para promover la escucha cuidadosaconsiste en dividir la clase en parejas y hacer una pregunta controversial.
Hable menos para que los estudiantes piensen más.
Trate de no hablar más del 20% del tiempo de la clase. Detenga su conferencia cada diez minutos y pida que los estudiantes, en grupos de dos o tres, se comuniquen resumiendo los datos claves y aplicando, evaluando, o explorando las implicaciones del contenido expuesto. Cuando usted habla la mayor parte del tiempo, el que piensa es usted.
Las mentes de las personas se desenfocan durante los discursos largos y por eso se les escapa mucho de lo que se dice. Fragmentar las conferencias largas da la oportunidad a los estudiantes de ser más activos y también, de asimilar y pensar sobre lo que escucharon.
Utilice el método socrático para plantear preguntas.
Use con regularidad el método socrático para hacer preguntas a sus estudiantes: ¿Qué quiere decir cuando usa esa palabra? ¿Qué precisión trata de hacer? ¿Qué evidencia hay para apoyar esa aseveración? ¿Es confiable la evidencia? ¿Cómo llegó a esa conclusión? ¿Pero, cómo puede explicar esto? ¿Ve lo que eso implica? ¿Cuáles serían los efectos no deseados de su propuesta? ¿Cómo cree que sus opositores ven esa situación? ¿Cómo pueden ellos responder a tus argumentos?
Fomente la colaboración.
Con frecuencia, divida la clase en grupos pequeños (de dos, tres o cuatro estudiantes), asígnales tareas específicas y límites de tiempo. Luego, pídales que informen qué parte de la tarea completaron, qué problemas tuvieron y cómo los resolvieron. Esto provee una excelente manera para que los estudiantes realicen tareas difíciles y logren una mejor calidad de trabajo que cuando trabajan solos.
Trate de usar la enseñanza en pirámide.
Pida que los estudiantes discutan una pregunta o problema en parejas para llegar a un consenso. Luego pida a cada pareja que se junte con otra hasta llegar a un consenso. Entonces dos grupos de cuatro se juntan y así sucesivamente. Esta es una técnica excelente para involucrar a cada estudiante y desarrollar su confianza para exponer sus ideas a sus pares. Así, con cada paso la idea mejora en calidad.
Asigne tareas escritas que requieran pensamiento independiente.
Con regularidad, solicite durante su clase tareas escritas. usted no necesita corregir todos los escritos que le entreguen. Puede escoger al azar una muestra de estos, o pedir a sus estudiantes que seleccionen el mejor trabajo para revisarlo y entregarlo para ser calificado. Solicitar a los estudiantes que critiquen los trabajos escritos por los demás, puede disminuir considerablemente el tiempo que usted necesita para leerlos y hacerles comentarios.
Es difícil sobreestimar el beneficio que brinda la escritura a la calidad del pensamientoy la contribución especial que le hace a esta la revisión de trabajos escritos. La escritura obliga a las personas a plasmar sus pensamientosen palabras, unir las palabras para formar pensamientos completos y organizarlos en párrafos que fluyan de manera lógica.
Utilice cuadernos de aprendizaje.
Sus estudiantes deben tener un cuaderno de dos columnas: solicíteles que anoten en la primera el material que aprenden de la lectura y de la redacción y, en la segunda, pídales que anoten los pensamientos que les surgen como reacción a lo que están aprendiendo. En esta última, se incluiría además,preguntas, hipótesis, su propia reorganización del material, sus propias gráficas y tablas, comentarios sobre sus procesos de pensamiento y su progreso.
Organice debates.
En ocasiones estimule a sus estudiantes para que realicen debates sobreasuntos controversiales. Por ejemplo, pregunte cuántos en la clase piensan que la educación física debe ser requisito para todos los estudiantes de la escuela. Cuando alcen las manos para responder, escoja dos o tres estudiantes que piensan que debe ser requisito. Pídales que se junten y desarrollen sus argumentos.
Descomponga proyectos grandes en partes más pequeñas.
Asigne una serie de pequeñas tareas escritas, cada una con un sub-tema del tema más amplio. La tarea final puede ser reunir las diferentes secciones en un trabajo de mayor alcance. Pida luego a los estudiantes diseñar una serie de tareas similares para cuando se frenen en la realización de algún proyecto grande. Los estudiantes que se bloquean con proyectos grandes a menudo no los dividen en tareas pequeñas, más manejables.
Asignarles tareas cortas y relativamente fáciles, les permite completar cada una como si fuera una unidad, algo mucho menos intimidante que un trabajo largo.
Fomente el descubrimiento.
Diseñe actividades para que los estudiantes descubran por si mismos losconceptos, los principios y las técnicas antes de presentar el material en una conferencia o lectura. Promover en la clase una discusión para buscar respuesta a un problema, facilita tales descubrimientos.
Por lo general estas actividades son más efectivas si se realizan en grupos pequeños, y no de manera individual. También ayuda en la instrucción que los estudiantes discutan los problemas que surgieron y la forma en que los resolvieron. Los estudiantes entenderán mejor cualquier cosa si la descubren ellos mismos.