Una aplicación del modelo

Son muchos los usos a que puede destinarse el modelo anterior. Apliquémoslo al problema de la inestabilidad económica. Como punto de partida, supón que la corriente de dinero en círculo es constante – que los desembolsos de los consumidores o costos de la vida son iguales a los ingresos de los consumidores y que los desembolsos o costos de las empresas por la producción son iguales a los ingresos que perciben.

Piensa también que inicialmente la corriente de bienes y servicios de los recursos de las familias a las firmas son constantes. Estas condiciones significan que los niveles medios de precios son constantes también.

¿Qué sucede si el público es presa de una psicosis de depresión? El temor a la depresión induce a la gente a ahorrar dinero para prepararse para los malos tiempos que se avecinan. Además, si el público cree que los precios van a bajar en un futuro cercano, gastará lo menos posible a los precios actuales, aplazando las compras hasta el futuro periodo previsto de precios más bajos.

La reducción en el gasto familiar es una disminución en la corriente de dinero de las familias a las empresas comerciales. Estas encuentran que sus volúmenes de ventas flojean y que los inventarios de bienes se acumulan.

Disminuyen los precios para limitar las reducciones en volumen y el engrosamiento de inventarios. Así, pues, vemos que el temor ala depresión reduce el gasto total familiar, el cual, a su vez, disminuye el volumen de bienes vendidos y los precios recibidos por estos bienes.

Cuando volvemos a las empresas comerciales, descubrimos que como el volumen de ventas y los ingresos comerciales han disminuido, las empresas desean reducir la producción. Puesto que la promesa de utilidades se ha desvanecido y han declinado los fondos disponibles para obtener los recursos, las empresas desean menores cantidades de ellos.

Las familias ven ahora que algunos de los recursos que poseen no encuentran empleo, por lo que reducen los precios que piden para limitar la magnitud del desempleo. Éste unido a precios más bajos de los recursos, significa que los ingresos de los consumidores han disminuido. El gasto de los consumidores es probable que se han reducido más, y la declinación de la actividad económica puede empeorar progresivamente.

Sin embargo, el movimiento hacia abajo puede ser detenido al fin y es posible invertirlo. Si el público, en particular las empresas comerciales, empiezan a sentirse más optimistas sobre el futuro de la economía.

Las empresas pueden decidir entonces aumentar la producción de bienes y servicios. Como la expansión requiere el uso de los niveles más altos de recursos, puede haber cierto ligero aumento de los precios de los recursos cuando las firmas tratan de atraer mayores cantidades de éstos.

Pero si el desempleo es grande, las oportunidades de empleo solas pueden ser suficientes para poner de nuevo en producción cantidades mayores. En cualquier caso, el mayor gasto de las firmas genera mayores ingresos de los consumidores, proporcionando con ello incentivos a las familias como consumidores para aumentar sus gastos en bienes y servicios.

Los precios tienden a elevarse, como también el volumen de bienes adquiridos. Mayor gasto por los consumidores significa mayores ingresos de las impresas, lo que, a su vez, inicia la expansión de la producción y aumenta los gastos de las empresas en recursos. La expansión progresiva de la actividad económica se produce en la misma forma que la contracción progresiva.

Puede surgir una situación especial en la que los ingresos en los gastos se reflejen únicamente en aumentos en los precios, con ninguna expansión del empleo de los recursos o en la producción de bienes y servicios.

Por ejemplo, si la actividad económica se ha expandido hasta el punto en que los recursos disponibles están siendo empleados. Mayores aumentos en el gasto de los consumidores en bienes y servicios sólo pueden servir para elevar los precios, porque no es posible incrementar las cantidades existentes.

Análogamente, puesto que mayores aumentos en el gasto de las empresas no pueden subir los recursos disponibles, los precios de los recursos son obligados a ascender.

Fuente: Apuntes de Microeconomía de la UNIDEG