Interés por la ciencia en los escolares

Los niños son investigadores natos y les encanta descubrir por qué y cómo funciona el mundo que les rodea. A menudo este aprendizaje se produce observando, preguntando, experimentando o con el método de prueba y error. El aprendizaje tiene lugar con cosas de la vida cotidiana, como sus juguetes, el momento del baño, cocinando en familia, a través de juegos científicos, construcción, manualidades o de experimentos.

Alfabetización científica

¿Por qué es necesaria la alfabetización científica? Los argumentos que defienden el valor de estos conocimientos como esencial para todos los ciudadanos se basan en la necesidad de la formación científica y tecnológica para poder interpretar y entender el mundo y poder actuar mejor.

El conocimiento científico es fundamental para entender varios de los problemas actuales de nuestro entorno. Esta base es determinante para hacerlos más cercanos, comprender cómo nos afectan y aprender a participar en las soluciones

Cambios en la metodología

Distintos estudios alertan sobre los problemas asociados a la enseñanza de las ciencias y su influencia en la disminución del interés y calidad del aprendizaje, sobre todo en las primeras etapas, que es cuando se desarrolla la actitud hacia esta área. Digna Couso, secretaria ejecutiva de la plataforma ENCIENDE (Enseñanza de las Ciencias en la Didáctica Escolar), promovida por COSCE con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación, afirma que el reto es «conseguir un cambio didáctico profundo».

La tarea de formar profesores competentes en ciencias es «difícil y compleja». La complejidad de estas materias exige no solo conocimientos teóricos, sino también competencias didácticas.

Propuestas didácticas 

Incluir actividades y tareas para aplicar los conocimientos: según las expertas, la enseñanza de ciencias no debe estar orientada únicamente a la adquisición de conocimientos teóricos.

Es preciso incluir metodologías didácticas, como la resolución de problemas, y situaciones experimentales que permitan aplicarlos en una variedad de contextos. «No es suficiente la explicación del docente, sino que el alumnado practique las competencias que debe adquirir», afirman las especialistas.

También puedes poner vinagre en una botella, agregar bicarbonato y rápidamente colocar un globo. Verán como el globo se infla como por arte de magia. El bicarbonato de sodio reaccionará con el vinagre (que es una sustancia ácida) y desprenderá dióxido de carbono.

Germinadores: Se envuelve por dentro con papel periódico un vaso de cristal. Se coloca arena y en el espacio que hay entre el cristal y el papel se ponen unas semillas de frijoles (habas, lentejas, judías etc.).

En unos cuantos días veremos como las semillas empezarán a echar sus raíces y pronto tendremos una plantita. Será todo un acontecimiento verla crecer. Después habrá que cuidarla para que se haga mayor.

Reducir la extensión de los contenidos: para poder incluir esta metodología más práctica se precisa de cambios en el currículum que reduzcan los temas de estudio a un núcleo común, que pueda abordarse en profundidad. Couso, Jiménez Aleixandre y Sanmartí resaltan que uno de los principales obstáculos para llevar al aula propuestas prácticas es «la falta de tiempo percibida por el profesorado».

Conectar los contenidos con la vida real: para aumentar el interés y la motivación hacia las ciencias es importante que los alumnos perciban los contenidos científicos como relevantes para su vida.

Por eso, los docentes deben esforzarse por manifestar en la didáctica de las asignaturas de esta área la conexión con el contexto social y eliminar la percepción de conceptos abstractos y alejados de sus intereses.

Fuente: bebesymas.com/ madrimasd.org