Auditoria interna

La auditoría interna nace durante la época de consolidación de la Revolución Industrial cuando los pequeños talleres y empresas comerciales de origen familiar comienzan a crecer y se fusionan con otros, hasta derivar en las grandes concentraciones de capital que adoptaron las formas de Pools, Trusts y Holdings.

Es obvio que los dueños y administradores de esos nuevos tipos de organización hubieron de delegar en estructuras administrativas las tareas que de origen ellos vigilaban y cuidaban en su totalidad.

Ahora ya el manejo de los recursos quedaba en manos de terceros que, aun cuando fueren sus subordinados, no dejaban de causarles inquietud en cuanto a la honradez y eficiencia con que estaban siendo utilizados, en especial los monetarios.

Y una forma que encontraron los referidos para ejercer vigilancia y control sobre dichos recursos fue acudiendo a personal de su confianza que cuidaba y vigilaba por el buen uso y destino de ellos.

Esas personas de confianza comenzaron a ser identificados como auditores internos.

Así, los nacientes auditores internos se ocuparon fundamentalmente de detectar eventuales malos manejos en el uso del dinero y del demás patrimonio de la organización a través de la práctica de arqueos, tomas de inventarios, y vigilancia de procesos de captación de ingresos y soportes fehacientes de los egresos.

Dichos procedimientos y filosofía de actuación se extendieron hasta la tercera década del presente siglo.

Iniciaba el año de 1941 cuando un contador público de nombre Victor Z. Brink concluía con su trabajo de tesis doctoral denominado Infernal Auditing, base para la sustentación de su examen de grado en la Universidad de Columbia en los Estados Unidos de Norteamérica. Esa tesis viene a revolucionar

1 Para mayor referencia se recomienda consultar el libro Origen de los Principios de Contabilidad, primera edición de Santillana González, Juan Ramón, publicado por Ediciones Contables y Administrativas, S.A. de C.V., México, 1994.

la concepción tradicional que hasta esa fecha se te nía con respecto a esta disciplina o especialidad del contador público: la auditoría interna.

La nueva corriente del señor Brink infiere que los auditores internos cubran lo que tradicionalmente venían realizando (según lo anotado en párrafos precedentes) pero sobre una base más ordenada y programada en cuanto a sus intervenciones; ampliándose hacia la revisión de las cifras y datos que aparecen en los estados financieros, revisar el control interno y presentar recomendaciones a la administración sobre medidas tendentes a reforzar el control interno en la organización.

Toda una perspectiva profesional de la auditoría interna.

El trabajo de Victor Z. Brink adoptó la forma de libro, naciendo la primera edición de Internal Auditing en el mismo 1941.

Continúa su evolución hacia 1958 en que se imprime la segunda edición, en 1973 la tercera que aparece bajo el nombre de Modern Internal Auditing, An Operational Approach; y en 1982 la cuarta y última denominada Modern Internal Auditing, Appraisíng Operations and Controls.

2 Es válido señalar la participación de los señores james A. Cashin y Herbert Witt (en plan coautoral) en la obra de Victor Z. Brink, considerada por los estudiosos de la auditoría interna como la mejor que se ha escrito en la historia universal.

Pero la obra intelectual de Z. Brink no quedó ahí: En el mismo año de 1941 el referido, en compañía de 10 profesionales más de la auditoría interna, constituyen The Institute of Internal Auditors, organización que aún prevalece y que agrupa en la actualidad a más de 50,000 miembros representados en poco más de 100 países, Instituto respetado mundialmente como la máxima autoridad mundial en materia de auditoría interna.

El 3 de julio de 1984 se constituye en México el Instituto Mexicano de Auditores Internos, mismo que se afilia de inmediato a The Institute of Internal Auditors. 3

Fuente: Apuntes de Auditoria de la Unideg