Control químico
El lavado de los productos con agua clorada previene su descomposición causada por bacterias, hongos y levaduras. El hipoclorito de calcio (en polvo) y el hipoclorito de sodio (líquido) son baratos y fáciles de conseguir.
La eficacia del tratamiento disminuye si se permite que la materia orgánica se incremente en el agua de lavado. La eficacia del cloro aumenta si el pH se reduce de 11 a 8, pero a un pH más bajo el cloro se vuelve inestable.
Las frutas y hortalizas pueden lavarse con una solución de hipoclorito (25 ppm de cloro activo por dos minutos) para controlarles pudriciones bacterianas y después enjuagarse.
Alternativamente pueden ser sumergidas en una solución de hipoclorito (50 a 70 ppm de cloro activo) para el control de bacterias, hongos y mohos y después enjuagarse con agua corriente.
Fuente: Técnicas de Manejo Poscosecha a Pequeña Escala de la Universidad de California