Crepes (salen unas 15 a 20)

Objetivo: Se describe brevemente el procedimiento para preparar crêpes.

Categoría: Repostería

Ingredientes

250 gr. de harina,
2 huevos,
1 cucharada sopera de aceite fino,
1 cucharada sopera de ron o coñac
un pellizco de sal,
1 cucharada (de las de café) de azúcar (colmada),
1 vaso (de los de agua) de mitad leche y mitad agua,
aceite para la sartén.

Instrucciones
En una ensaladera se pone la harina con la sal y el azúcar; en el centro se echan los huevos, el aceite y el coñac. Se mueve con una cuchara de madera para formar una masa sin grumos. Se añade poco a poco el vaso con la mezcla de agua y leche. A veces hay que añadir algo más de líquido (depende de la clase de harina). La masa de las crêpes tiene que quedar como unas natillas, de espesa. Se puede colar por un pasapurés o chino de agujeros gruesos para asegurarse de que la masa no tiene grumos. Se cubre la ensaladera con un paño limpio y se deja reposar por lo menos una hora; si es más, mejor.

Cuando se vayan a hacer las crêpes, si hace falta porque la masa se haya espesado demasiado, se vuelve a aclarar con un poco de agua y leche mezcladas.

En dos sartenes pequeñas (unos 14 cm. de diámetro de fondo) se vierte un chorrito de aceite, se calienta mucho y se inclina para que todo el fondo quede bien bañado de aceite. Se escurre en un tazón lo sobrante (que se volverá a utilizar en la próxima crêpe) y con un cazo se vierte un poco de masa, se inclina otra vez la sartén para que quede la crêpe bien repartida en el fondo. Se deja que se cueza, sin dejar de mover en cuanto la crema se vea cuajada, para que no se agarre, y se da la vuelta cogiendo la sartén por el mango, trayendo la crêpe al borde de la sartén, dando un movimiento brusco para que salte en el aire y se vuelva.

Se suele hacer en dos sartenes para más rapidez, pues mientras cuaja la cara de una, la otra se vuelve.

Se pone una cacerola con agua muy caliente a fuego bajo (sólo para que conserve el calor el agua). Se posa encima, a manera de tapadera, un plato plano. Encima de éste, una hoja grande de papel de plata y encima de éste se van poniendo las crêpes a medida que están hechas. Al final se dobla el papel y se encierran en él las crêpes. Así se conservarán calientes y tiernas bastante tiempo.