Expresión de la medición
En las empresas que miden su productividad, la fórmula que se utiliza con más frecuencia es:
Este modelo se aplica muy bien a un taller o a una empresa que fabrique un conjunto homogéneo de productos. Sin embargo, muchas empresas modernas manufacturan una gran variedad de productos. Estas últimas son heterogéneas tanto en valor como en volumen de producción, a su complejidad tecnológica puede presentar grandes diferencias.
En estas empresas, la productividad global se mide basándose en un número definido de «centros de utilidades» que representan en forma adecuada la actividad real de la empresa. La fórmula se convierte entonces en:
Finalmente. otras empresas miden su productividad en función del valor comercial de los productos:
Esta última medida se aproxima a la que utilizan los economistas para evaluar la productividad de un país o de una región:
Todas estas medidas son cuantitativas y no se considera en ellas al aspecto cualitativo de la producción. (Un producto debería ser bien hecho la primera vez y responder a las necesidades de la clientela.) Todo costo adicional (reinicios, refabricación, reemplazo o reparación después de la venta) debería ser incluido en la medida de la productividad.
Un producto también puede tener consecuencias benéficas o negativas en los demás productos de la empresa. En efecto, si un producto satisface al cliente, éste se verá inclinado a comprar otros productos de la misma marca; si el cliente ha quedado insatisfecho con un producto, se verá inclinado a no volver a comprar productos de la misma marca.
El costo relacionado con la imagen de la empresa y la calidad del producto debería estar incluido en la medida de la productividad.
Fuente: Apuntes de Mejoramiento de la Productividad de la UNIDEG