Costos

Las actividades de control pueden percibirse como costos de organización (recursos utilizados y esfuerzos gastados), en los que se incurre para impedir o corregir el desempeño, lo que implica un despilfarro.

Para que cierto programa de control se justifique, los ahorros de costo anticipados deben ser mayores que los costos para él proyectados.

Un hecho frecuente e interesante es que a veces esto significa, y cabe suponer que sólo temporalmente, que el despilfarro puede ser más eficiente para una organización que la eliminación de este exceso.

Por ejemplo: una organización puede decidir que aceptará todas las ventas a crédito sin verificar la capacidad de pago del cliente, para lo cual se basará en la probabilidad de que las pérdidas originadas en deudas incobrables serán menores que el costo de verificación que exige crear un departamento de crédito, una agencia de informes y demora de las ventas, entre otros requerimientos.

Debe destacarse que ciertas actividades de control tienen pocos costos, sise ejecutan bien, pero que pueden determinar costos elevados si se realizan inadecuadamente.

Por ejemplo: la instrucción de los subordinados es una actividad de control preventivo orientada a minimizar los malentendidos y el desempeño defectuoso. Sin embargo, si la instrucción se imparte deficientemente, puede obtener el efecto contrario.

En resumen, el control, si se maneja bien, puede ser un eficiente disuador del despilfarro: e, inversamente, el control al realizarlo puede elevar el grado de ineficiencia y despilfarro, nos dicen los autores Hodge y Johson.

Fuente: Apuntes de Auditoria de la Unideg