Necesidades de la evaluación
La evaluación constituye un elemento esencial, porque permite conocer la medida y el modo en que se van alcanzando los objetivos.
Esto identifica incongruencias, desviaciones, definiciones, incumplimientos y diferencias en el desarrollo y el resultado de las acciones, y hace posible adoptar las medidas correctivas a que haya lugar.
En su sentido práctico, la evaluación es la base para la toma de decisiones en la reformulación y actualización de planes y programas, así como de la elaboración de presupuestos y su ejercicio, conforme a los resultados intermedios y finales.
El papel de la evaluación es confrontar medios con fines, propósitos con realizaciones, y es también conocer la forma en que se alcanzan estos objetivos; es un ejercicio de juicio esencialmente valorativo que sirve de elementos tanto cuantitativos como cualitativos.
La evaluación es útil en la planeación, porque al ser una base para la toma de decisiones, permite la reformulación y actualización de los planes y programas al igual que en la
realización y el ejercicio de los mismos, en función de los resultados intermedios y finales, los efectos producidos y la vida útil del objetivo previsto.
¿Qué mide la evaluación?
La evaluación confronta los objetivos con realizaciones, y es también conocer la forma en que se alcanzan estos objetivos; que sirve de elementos tanto cuantitativos como cualitativos.
La evaluación tiene como base tres variables principales: los objetivos, los programas destinados a alcanzarlos y el presupuesto que provee los medios de su concretización.
En este contexto, la evaluación mide los aspectos siguientes:
— La contribución efectiva al cumplimiento de objetivos.
— El apego a los programas establecidos.
— El uso óptimo de los recursos (humanos, financieros, materiales, técnicos).
— La existencia y operatividad de los instrumentos administrativos que posibiliten la acción de la dirección superior.
Aspectos concretos de la evaluación. El control proporciona las bases para llevar a cabo la evaluación de la acción de la organización; control y evaluación se ligan de la misma manera que la planeación y el control dentro del sistema administrativo.
La evaluación permite al final retroalimentar dicho proceso para superar las desviaciones de los objetivos originales.
Existen, sin embargo, diferencias sustanciales entre la evaluación de la acción de una organización privada y una pública.
La evaluación en una organización privada se relaciona con el margen de utilidad y la recuperación económica de la inversión, considerándose, además, aspectos tales como la calidad de los planes y objetivos, la medición de la efectividad en la realización de los objetivos.
La evaluación en una organización pública se relaciona con el logro de objetivos sociales y de servicio, así como el número de beneficiarios por la acción pública y su repercusión en la sociedad.
Fuente: Apuntes de Auditoria de la Unideg