Auditoria integral
Iniciaba el mes de noviembre de 1977 cuando el que esto escribe tomaba posesión como director de auditoría interna en una importante organización.
La primera instrucción fue auditar la entidad «X».
En compañía de un grupo de auditores nos presentamos ante el responsable de dicha entidad solicitándole nos proporcionara un ejemplar de sus últimos estados financieros (a efecto de hacer una revisión al manejo de sus finanzas); los tenía con cuatro meses de retraso y dicha información era en extremo deficiente.
Se solicitó, en seguida, un organigrama de la entidad y un ejemplar de su manual de organización y documentación sobre las principales políticas administrativas (el enfoque, ahora, era llevar a cabo una evaluación administrativa); el organigrama tenía más de un año de haber sido actualizado, y los manuales de organización y de políticas simplemente no se contaba con ellos.
Por último se le requirió al entrevistado que facilitara a los auditores un manual o recopilación de procedimientos operativos en vigor (para intentar realizar una auditoría operacional); tampoco los tenía instrumentados.
En resumen, la entidad era un gran caos que se podía auditar por todos lados. Pero la intervención habría de hacerse con orden.
Ante tal situación decidí que el trabajo se iniciaría haciendo un estudio general o identificación con la entidad a auditar, pasando, en seguida, a hacer un análisis de cada una de las unidades administrativas que la conformaban aplicando, para dichos propósitos, técnicas de análisis de sistemas.
El estudio general o identificación consistió en conocer sus datos generales, datos comerciales, su organización, datos de volúmenes, datos financieros y datos contables.
En análisis incluyó el conocer, por unidad administrativa, su organigrama detallado; una descripción de puestos y/o actividades principales; los costos de personal correlacionados con sus cargas de trabajo; y análisis específico delos procedimientos de operación, las formas de papelería en uso, los archivo y el sistema de información vigente.
Una vez concluida esa primera etapa apreciamos que la información recopilada era en extremo valiosa; valla pues la pena aprovecharla al máximo.
Y así, se inicio la auditoría con tres enfoques: administrativo, operacional y financiero; y el informe correspondiente se refirió a los mismos tres ámbitos de intervención Estaba naciendo, ni más ni menos, la auditoría integral.
Dicha corriente técnica empecé a transmitirla a otros colegas y a difundirla a nivel académico, siempre con magnífica aceptación.
Integré material de apoyo, mismo que fui documentando en forma de notas y apuntes hasta que decidí darle forma de libro, mismo que apareció en el año de 1979 bajo el nombre de Auditoria Interna Integral editado por Ediciones Contables y Administrativas, S.A.7
7Santillana González, Juan Ramón, Auditoría Interna Integral, Ediciones Contables y Administrativas, S.A. de C.V., México, la. ed. 1979, 2a. ed. 1980, 3a. ed. 1983.
Auditoría Interna Integral tuvo una magnífica aceptación de mercado merced a lo novedoso del tema, la filosofía técnica implícita, y a ser el primero que trataba de manera abierta y formal el tema de la auditoría integral.
Hacia 1986 el libro de referencia había alcanzado su tercera edición, cuando decidí integrar su contenido al de «Conoce las Auditorías»,8 mismo que se descontinuó en 1995, para retomarse nuevamente el tema en el libro «Auditoría IV Santillana, Auditoría Interna Integral» editado en 1996 por Ediciones Contables, Administrativas y Fiscales, S.A. de C.V.
Fuente: Apuntes de Auditoria de la Unideg