Keiretsu al mando

El grupo Sumitomo empezó como minera cuprífera hace casi 300 años. Hoy, el grupo está compuesto por veinte empresas centrales y docenas de pequeñas empresas más que operan en una variedad de industrias alrededor del mundo y que incluyen computadoras, metales, acero, vidrio, carbón, bienes raíces, cerveza, aparatos electrónicos de consume y seguros de vida.

El grupo está vinculado en primer término, y antes que todo, por los rituales y la conducta. Por ejemplo, año con año, los presidentes de las veinte compañías se reúnen con la familia Sumitomo en un salón especial, parecido a un templo, que celebra a los fundadores del grupo.

Además, los presidentes se reúnen, por separado, todos los meses en un grupo llamado «Hakusuikai» o «grupo de agua blanca» para hablar de asuntos de negocios, desde planificar empresas nuevas, hasta ofrecer apoyo a los miembros del grupo que tienen dificultades.

El grupo Sumitomo es un ejemplo de un keiretsu; es decir, un inmenso conglomerado de empresas. Con frecuencia llamado «el equivalente empresarial a una hermandad de sangre, estas «familias de empresas» están en la base de muchos arreglos comerciales en Japón.

Los miembros de un keiretsu, con frecuencia, están obligados a preferirse entre sí, haciendo a un lado las otras oportunidades que pudieran existir. En ocasiones, las lealtades del keiretsu impiden relaciones, que podrían ser benéficas, con sociedades de otros países o de otros keiretsus.

Esta estructura empresarial es un desafío para las costumbres estadounidenses, que creen decididamente en fomentar la competencia frontal entre las compañías del mercado. Las leyes antimonopólicas, de hecho, prohíben el tipo de conducta y juego sucio que fomentan los keiretsus.

En Estados Unidos existe la idea de que «si uno puede construir una ratonera mejor, el mundo encontrará e l camino que conduce a su puerta». En Japón, al parecer, las cosas dependen más de las amistades de uno.

El sistema de los keiretsus ha colocado a las compañías extranjeras en seria desventaja en Japón. La mayor parte de los conglomerados giran en torno a un banco grande, situación prohibida por ley en Estados Unidos.

Los seis keiretsus de mayor tamaño giran en torno a los bancos Sumitomo, Mitsubishi, Mitsui, Dai Ichi Kangyo, Fuji y Sanwa. El keiretsu Dai Ichi es el mayor de entre ellos y dice tener ventas cinco veces por arriba de las compañías estadounidenses más poderosas, como General Motors y Exxon.

Los keiretsus representan, aproximadamente, la sexta parte de las ventas y utilidades de Japón, Además, las posesiones interempresariales impiden que, entre 60 y 80 por ciento de las acciones de keiretsus, se negocien públicamente.

Como se dijo antes, muchos de los keiretsus están organizados en torno a bancos grandes de Japón. Esto permite a las compañías del grupo asimilar laspérdidas financieras sin tener que preocuparse de que bajen sus calificaciones crediticias; siempre están en posición de poderse dirigir al banco del grupo.

En la industria electrónica esta situación ha colocado a las empresas extranjeras en gran desventaja, pues las compañías japonesas de aparatos electrónicos como NEC, Hitachi y Fujitsu compiten en precios sin tener que preocuparse por el incremento de sus pérdidas financieras, esto impide que los competidores extranjeros entablen una competencia frente a frente con los japoneses; perjudica a los negocios extranjeros y al consumidor mundial.

El keiretsu de Sumitomo ha entrado al rescate de sus miembros en numerosas ocasiones. —El banco Sumitomo es un gran experto en acomodar sus canicas en el juego para que el problema desaparezca —comenta Alicia Ogawa, analista de S.G. Warburg Securities.

Un ejemplo fue el caso del banco Sumitomo que rescató a Mazda a principios de los años setenta y salvó a la compañía que estaba laborde de la quiebra. Los miembros del keiretsu Sumitomo rescataron a Mazda ofreciendo apoyo financiero a la compañía en apuros y recontratando a los empleados de Mazda que habían sido despedidos.

Todos los miembros del keiretsu Sumitomo sólo compraron autos Mazda mientras la compañía lograba recuperarse. El banco Sumitomo también participó en el rescate de NEC, el fabricante de computadoras, cuando estaba en problemas. Antes de que NEC fabricara computadoras grandes, Sumitomo dependía de equipo fabricado por NCR.

Cuando el banco decidió actualizar sus sistemas de cómputo, sin embargo, cambió las máquinas NCR que tenía por computadoras NEC. —NEC es cercana a nosotros, pues forma parte de nuestro grupo —explica un gerente del banco Sumitomo. Esperamos que nuestro Dedico lleve a los bancos a usar mayor cantidad de computadoras NEC. Queremos que sus negocios crezcan.

El costo del cambio sumó más de un mil millones de dólares por concepto decambios de máquinas y programas, pero el banco absorbió la erogación por pura lealtad a NEC como miembro del grupo Sumitomo.

Funcionarios japoneses sostienen que la influencia de los keíretsus ha disminuido debido a la modernización y desregulacion de la economía. Sin embargo, hay pruebas del proteccionismo de Sumitomo que sugieren que el sistema del keiretsu, de hecho, sigue influyendo en el proceso de la toma de decisiones, en el mercado japonés, y sigue entorpeciendo los negocios de las compañías extranjeras en Japón.

No obstante, el TLC fue tema muy controvertido en Canadá y Estados Unidos durante las sesiones del Congreso que desembocaron en su aprobación en el otoño de 1993. El nuevo presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el nuevo primer ministro de Canadá, Jean Chretien, tuvieron que defender el TLC ante su electorado.

Recuerde lo que observó Michel Porter en cuanto a que los funcionarios del gobierno y los directivos ahora tienen más conciencia que nunca de que lascondiciones políticas y económicas pueden apoyar a las industrias «ganadoras» en los mercados mundiales. El TLC ha despertado la conciencia de que existen diferencias en las condiciones de los tres países involucrados.

A Estados Unidos y Canadá les preocupaba mucho la posibilidad de que las empresas con sede en los otros países pudieran buscar una ventaja competitiva recurriendo a relaciones laborales o prácticas ambientales menos estrictas. Por tanto, en 1993 se negociaron los llamados «acuerdos unilaterales» respecto a estos dos temas.

Fuente: Apuntes de la materia de administración 2 / Unideg