Resolver problemas y conflictos en la familia
Los padres desearíamos que nuestros niños vivieran lejos de cualquier problema
Por lo general, tratamos de proteger a nuestros hijos de la frustración o del dolor sin darnos cuenta de la gran capacidad que tienen para resolver las situaciones difíciles a las que están expuestos.
Antes de que lo intenten, nosotros ya tenemos la solución, les damos una ayuda que no necesitan o tomamos decisiones que ellos son capaces de asumir.
Cuando hacemos nuestros los problemas de los hijos y tomamos la responsabilidad de resolverlos, nos echamos a cuestas no sólo una carga sino también una tarea que no los ayuda.
Cuando aceptamos que el problema del niño es de él y no nuestro, podemos apoyarlo mucho mejor.
Enfrentar dificultades es parte de su crecimiento
Desde que nace, el niño tiene que ir superando diversas condiciones para sobrevivir: tiene que aprender a comer y a respirar, pues nadie puede hacerlo por él.
Conforme el niño crece, va desarrollando la capacidad de solucionar problemas de la misma manera como va desarrollando otras habilidades. Cada vez que el niño logra superar un obstáculo acumula recursos para enfrentar el siguiente.
Los niños disfrutan resolviendo retos
Los niños escogen diferentes estrategias, las prueban, y ellos mismos deciden si son eficaces o tienen que buscar otras distintas.
Es una delicia observar a un grupo de muchachos construyendo su guarida entre las ramas de un árbol, decorando la escuela para una fiesta o ensayando para presentar una obra de teatro.
Casi siempre disfrutan más la preparación
que el resultado final.
Los padres podemos ayudar a nuestro hijo a desarrollar habilidades para resolver problemas si le damos la oportunidad de enfrentarlos y una orientación adecuada
Es importante estar disponibles y escuchar al niño cada vez que tenga una dificultad, para mantener una relación de confianza, pero no resolver el problema por él.
Nuestro papel es estimularlo a superar obstáculos, no eliminarlos de su camino.
¿Qué pasos debemos seguir para solucionar problemas?
Identificar el problemaEl solo hecho de reconocer y definir el problema con claridad, plantearlo en forma sencilla, concreta y específica, es un gran paso para su solución.
La clave es escuchar al niño con verdadera atención y tratar de descubrir lo que realmente lo aflige, pues a menudo lo que parece ser el problema no lo es.
Hablar con nosotros y sentirse comprendido puede ayudarlo a poner en claro los sentimientos y
a comprender mejor su dificultad.
Analizar el problema
Es decir, examinarlo más a fondo para descubrir su verdadera causa: “¿Quisieras que revisemos el problema?” “¿Qué sucede?” “¿Cuál podría ser la causa?” Es importante ayudar al niño a identificar cuál es su parte en el asunto.
Al asumir su responsabilidad, en vez de culpar a otros, adquiere el poder de hacer algo para
resolverlo.
Explorar las posibilidades de solución con el niño
“Si quieres lograr esto, ¿qué tienes que hacer?”
Nuestro trabajo como padres es ayudar al niño a descubrir que cada problema puede tener muchas soluciones; animarlo a expresar cualquier idea que llegue a su mente, no