La evolución de la administración pública en México
La administración pública en nuestro país ha venido transformándose paulatinamente a medida que las condiciones económicas, políticas y sociales así lo han requerido. Con el paso del tiempo y de acuerdo con las circunstancias, el aparato administrativo ha llegado a adquirir nuevas y variadas atribuciones, que le han dado cierta caracterización específica en diferentes épocas. De acuerdo con los diferentes cometidos que configuran el entorno económico, político y social, la administración pública se adecua constantemente.
Este fenómeno, que podríamos calificar de continua modernización administrativa, se presenta con claridad en la evolución que ha tenido la administración pública en México, aunque no es exclusivo de ésta, ya que se puede observar en la conformación y el desarrollo de las administraciones públicas de diferentes países.
La administración pública del México independiente
En 1821, al nacer el México independiente, Agustín de lturbide tuvo a bien distribuir el gobierno de la nueva nación en cuatro secretarías de Estado:
1.- Secretaría de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores.
2.- Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Justicia y Negocios Eclesiásticos.
3.- Secretaría de Estado y del Despacho de Guerra y Marina.
4.- Secretaría de Estado y del Despacho de Hacienda.
Los ramos correspondientes a cada una de estas secretarías estaban definidas en el Decreto sobre el establecimiento de Ministerios del 8 de noviembre de 1821.
En este decreto se estableció que a la Secretaría de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores le correspondían todos los ramos económico y políticos del reino. El titular de esta secretaría era el responsable de despachar todos los asuntos del reino, cuando el emperador o la regencia salían de la corte. Es importante señalar que desde el primer gobierno independiente que tuvo México, los asuntos económicos de la nación eran tratados por los funcionarios de más alta jerarquía de la administración pública del país, en este caso por laprimera secretaría de Estado.
Veinte años después, el 28 de septiembre de 1841, en Tacubaya se sientan las bases de organización para el gobierno provisional de la República, y en este documento, en su artículo octavo, se nombran los ministerios que constituían al Gobierno, teniendo como única variante a la anterior estructura administrativa , la primera alusión expresa en las leyes orgánicas de la administración pública sobre elsector industrial. Sin embargo, en virtud de la constante inestabilidad política que caracterizó los primeros 50 años de nuestra historia independiente, este sector de la economía se encontraba apenas en su periodo de formación. Así, en un primer momento nuestra administración pública emerge con los cometidos que caracterizan al Estado gendarme, cuyas principales atribuciones tienen por finalidadgarantizar la posibilidad de que se den ciertas conductas y actividades, sobre todo en lo que se refiere al mantenimiento del orden público y la defensa del país, vigilar el cumplimiento de las obligaciones previstas en el orden público, y arbitrar los conflictos que se presenten en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de las obligaciones que el propio Estado ha establecido, entre otros. Este tipo de cometidos y funciones responden fundamentalmente a la necesidad de reconocimiento político y resguardo de la soberanía nacional, tanto al interior como al exterior.
Esta etapa de la administración pública mexicana como Estado gendarme culminaría con el advenimiento del porfiriato. Durante este periodo de la evolución del sector publico nacional, la necesidad de promover determinadas conductas y actividades prioritarias que se consideraban fundamentales para el desarrollo de la economía dio lugar a la caracterización del Estado promotor o de fomento. En este contexto, la administración pública tuvo la responsabilidad de participar de un a manera directa sobre la economía procurando conseguir ciertos objetivos orientados al progreso del país. La atribución de fomento la realizaría por medio de estímulos, tales como financiamiento o exención de impuestos a determinadas áreas o sectores. Como claro ejemplo de este fenómeno en el periodo porfirista es posible mencionar las acciones tendientes al fomento de la inversión en los ferrocarriles, en la minería y particularmente en el petróleo.