Gramineas y leguminosas para alimentación de vacas lecheras
Forrajes de alta calidad pueden constituir dos tercera partes de la materia seca en la ración de vacas, que comen 2.5 a 3% de su peso corporal como materia seca (ejemplo, una vaca de 600 kg. puede comer 15 a 18 kg. de materia seca en un forraje bueno).
Forrajes de buena calidad, suministrados en raciones balanceadas, proveen mucho de la proteína y energía necesarias para la producción de leche.
Las condiciones de suelos y clima determinan por lo general los tipos de forrajes más comumes de una región. Tanto gramineas (raygrass, bromo, bermuda, festuca y orchard) y leguminosas (alfalfa, trébol, lespedeza) son ampliamente conocidos alrededor del mundo. Los pastos necesitan fertilizantes nitrogenados y condiciones adecuadas de humedad para crecer bien. Sin embargo, las leguminosas son más resistentes a la sequía y pueden agregar 200kg de nitrógeno /año/hectárea al suelo porque conviven asociadas con bacterias que pueden convertir nitrógeno del aire en fertilizantes nitrogenados.
El valor nutritivo de los forrajes depende mucho de la etapa de crecimiento en que se encuetran cuando son cosechados o pastoreados. El crecimiento puede ser dividido en tres etapas sucesivas:
1) Etapa vegetativa;
2) Etapa de floración;
3) Etapa de formación de semillas.
Usualmente, el valor nutritivo de un forraje es mas alto durante el crecimiento vegetativo y más bajo en la etapa de formación de semillas. Con la madurez, la concentración de proteína, energía, calcio, fósforo y materia seca digestible en la planta se reducen mientras la concentración de fibra aumenta. Cuando aumenta la fibra, aumenta el contenido de lignina, haciendo a los carbohidratos menos disponibles a los microbios del rumen. Como resultado, el valor energético del forraje se reduce.
Así, cuando los forrajes son producidos con el propósito de alimentar ganado, deben ser cosechados o pastoreados en una etapa joven. El maíz y el sorgo, cosechados para ensilaje son dos excepciones, porque a pesar de que el valor nutritivo de las partes vegetativas de la planta (tallo y hojas), es menor durante la formación de semillas una cantidad alta de almidón digestible se acumula en los granos.
El rendimiento máximo de materia seca digestible de una cosecha forrajera se obtiene:
– Durante la primera parte de madurez en el caso de gramineas
– En la etapa de medio a boton maduro para leguminosas
– Antes de que los granos estén completamente indentados en el caso de maíz y sorgo.
Poco se puede hacer para prevenir la perdida de valor nutritivo de un forraje con el avance de su madurez. Por cada día de atraso en la cosecha después del momento óptimo de madurez, la producción lechera potencial de las vacas que comen el forraje será penalizada. Sin embargo, hay varias estrategias para mantener la disponibilidad de forrajes con buen valor nutritivo:
1) Desarrollar una estrategia de pastoreo que corresponda al numero de animales en los potreros y a la tasa de crecimiento del pasto.
2) Sembrar una mezcla consociada de gramineas y leguminosas que tengan tasas diferentes de crecimiento y madurez.
3) Cosechar en una etapa temprana de madurez y preservar como heno o ensilaje.
4) Sumistrar los forrajes de menor calidad a las vacas secas o las vacas en las ultimas etapas de lactancia y los forrajes buenos a las vacas iniciando su lactancia.
Fuente: Instituto Babcock para la Investigación y Desarrollo Internacional de la Industria Lechera. Universidad de Wisconsin-Madison.