Teoría aditiva
Como vimos anteriormente, el color no existe sin la luz, es por ello que es válido asegurar que en la luz blanca están contenidos todos los colores. Este hecho es fácilmente demostrable mediante el experimento de Newton, que consiste en colocar en forma desordenada cualquier combinación de áreas de color en el extremo de una circunferencia y hacerla girar. El resultado que veremos será blanco. (Teoría aditiva: “La suma de todos los colores da blanco”).
Como corroboración de la teoría anterior, podemos difractar un haz de luz blanco sobre un prisma difractorio (prisma de cristal triangular), el resultado será la descomposición de la luz en los tres colores primarios: rojo, verde y azul. Esta técnica es conocida actualmente como RGB (red, green y blue).
Un ejemplo conocido por todos es el fenómeno natural llamado arcoiris. Este puede presentarse durante la tarde, cuando la incidencia de los rayos solares (oblicuos a la capa terrestre), se difractan sobre capas húmedas superiores que sirven como prismas difractorios, generando que la luz blanca se difracte en los tres colores primarios.
Los colores primarios, así llamados por ser los primeros colores en los que se difracta la luz, presentan la siguiente característica básica para la teoría del color: cuando dos de ellos se suman, se obtiene un tercero más claro, llamado primario complementario. Cada color primario tiene un valor de 1/3, (el valor total de la luz es 3/3); consecuentemente, la suma de dos de ellos dará un color más claro, con un valor de 2/3, por estar éste, más cerca de la unidad completa. A los colores resultantes de la suma de dos primarios se les conoce como primarios complementarios.
Fuente: Apunte Taller de Diseño Gráfico Color de la U de Londres