Microchips como método de identificación en las granjas porcinas
Consiste en un microchip codificado revestido con vidrio. Se aplican debajo de la piel de las manos del animal mediante un sistema parecido a una jeringuilla, son fáciles de insertar pero virtualmente imposibles de detectar. Para leerlos se necesita un lector electrónico.
Tienen la ventaja de que duran toda la vida del animal y la aplicación es prácticamente indolora y sus desventajas son: el costo (cada microchip cuesta aproximadamente de 80 a 110 pesos, además hay que comprar el lector) y el animal no puede identificarse a distancia.
Como conclusión podría decirse que todos los métodos de marcaje tienen aspectos positivos y negativos, la regla básica es seleccionar el método que funcione mejor y sea de más fácil uso en la granja.
No obstante, este es el sistema que más se utilizará en función de la rastreabilidad desde la granja hasta el consumidor final.
Fuente: SAGARPA. México