Como iniciar una crianza de aves
Lo primero que debemos decidir es qué nos interesa producir: huevos, carne o ambos productos a la vez. Esta decisión dependerá de nuestros objetivos (consumo familiar, venta, o mixto) y de los recursos económicos disponibles.
Como se dijo anteriormente, la explotación especializada de aves de postura y de pollos broilers es muy rigurosa en alimentación, sanidad y manejos, por lo cual se necesita mucho conocimiento, dedicación y recursos: de otra manera será un fracaso.
Por el contrario la crianza de aves criollas y de doble propósito es menos exigente que la anteriormente descrita. Como sabemos son más rústicas, se adaptan mejor a las condiciones ambientales adversas, son más fáciles de manejar y tienen mayor resistencia a las enfermedades. Además con estas aves podemos producir tanto huevos como carne, productos muy ricos en proteínas que complementarán la dieta familiar.
A continuación describiremos dos posibilidades para iniciar una crianza de aves que produzca huevos y carne a la vez.
a) Si no tenemos aves o están en mal estado sanitario o viejas, debemos comprar las gallinas y el gallo. Se recomienda adquirir aves de doble propósito. En lo posible, las pollas se deben comprar a una edad apropiada de tres meses, ya que a esta edad:
– necesitan menos cuidados
– resisten más el calor y la humedad ambiental
– no se enferman con tanta facilidad como al comprarlas de un día
– la producción de huevos comienza sólo unos meses después, lo que permite obtener productos en corto plazo.
Se comprará un gallo de un año de edad, aproximadamente, por cada diez gallinas. Es importante adquirir los animales en un lugar de confianza, ya que sólo así tendremos la seguridad que son de la raza deseada, que están sanos y vacunados contra las enfermedades.
b) Si tenemos gallinas criollas se debe hacer una selección y dejar para la crianza solamente las sanas y vigorosas.
Al respecto, existen algunas técnicas prácticas para seleccionar aves, tales como:
– Capacidad abdominal: cuando una gallina presenta una distancia entre los huesos y la pelvis (caderas) y la punta del esternón (quilla) de cuatro dedos o más, indica que es una buena ponedora.
– Distancia entre huesos pélvicos: si la distancia entre los huesos de la pelvis (agujas de la cadera) es de dos o más, indica buena ponedora.
– Grado de despigmentación: normalmente las aves tienen sus patas, dedos, pico, anillo del ojo, de color amarillo. Esta coloración va pasando a blanco a medida que transcurre la postura; es decir, mientras mayor sea la despigmentación (se inicia en el pico y termina en los dedos) indica que la gallina es buena ponedora. Son embargo, hay que diferenciarlas de las aves despigmentadas por enfermedad.
– Aspecto general: además el ave debe tener mirada vivaz, piel suave y un poco grasosa, plumaje firme bien adherido al cuerpo y de aspecto gastado (las gallinas que tienen el plumaje muy lustroso y “lindo”, suelen ser, frecuentemente, malas ponedoras), cloaca elástica, húmeda y grande, dedos y patas derechos, uñas cortas y gastadas, pecho lleno y erguido.
Una vez seleccionadas las gallinas, se recomienda cruzarlas con un gallo de doble propósito, para así obtener aves mejoradas. Con este tipo de animales, el mejoramiento de las medidas de manejo, alimentación, sanidad y construcciones, aumentará rápidamente nuestra producción de huevos y carnes.
Fuente: CET. Santiago de Chile.