Ejercicios para mejorar el desarrollo académico de un niño con retraso madurativo
Cuando los padres reciben la noticia de que su hijo o hija presenta retraso en el desarrollo comienzan a plantearse preguntas como “¿llegará a ser normal algún día?”, o “¿qué profesionales pueden ayudarme dentro del centro educativo al que asiste?” El caso es que algo que tienen claro es que no es retraso mental y que el pequeño evoluciona en la medida en que se le estimule. Pero, ¿cómo estimularlo?
Los niños con retraso madurativo manifiestan una serie de dificultades a nivel de personalidad, y a nivel académico, en el área de la lectoescritura y el área de matemáticas de forma específica. Estas dificultades pueden superarse paulatinamente si sometemos al niño a estimulación continua por lo que el trabajo en casa pasa a ser tan importante como el que realiza en el centro educativo. A continuación se presenta algunas de las actividades a nivel académico que han demostrado ser de gran utilidad para la intervención en este trastorno.
Actividades para mejorar la lectoescritura
1. Antes de leer
– Habla con tu hijo de la lectura que va a realizar: de esta forma, estarás preparándole inconscientemente para anticiparse al vocabulario que le aparecerá en la misma
– Subraya aquellas palabras que pueden ser más complicadas y extráelas de la lectura: puede ser interesante que las escribas en cartulinas grandes, que dividas las palabras en las letras o silabas que las forman y le pidas a tu hijo que las forme.
– Coloca un punto de color cada dos palabras para que tu hijo dirija la mirada hacia él: con ello conseguirás que poco a poco mejore su lectura.
2. Mientras lee:
-Anota las palabras con las que tiene dificultades: puede ser útil llevar un registro de estas palabras para utilizarlas tras la lectura.
-Si se inventa alguna palabra pero mantiene su significado, no lo corrijas. Por ejemplo, si dice “adelantando” en vez de “adelantado” y tiene sentido en la lectura, permítele equivocarse de vez en cuando. De esta forma, estás animando al niño a leer de forma global y ayudarás a que acelere su capacidad lectora.
-Grábalo con el móvil y luego pídele que siga la lectura mientras se escucha, marcando los errores en el texto escrito.
3. Después de la lectura:
-Anímalo a jugar a juegos de palabras como el ahorcado para reforzar la escritura de las palabras en las que se ha equivocado.
-Utiliza juegos como Cute Cartón Creador para que escriban las palabras y comprueben si el dibujo animado que las dice lo hace correctamente. Si no es así, se darán cuenta de que la palabra está escrita de forma incorrecta y entenderán la importancia de cambiarla.
-Coloca letras magnéticas en el frigorífico junto a una lista de 5 “palabras nuevas” para que cada vez que pase por la cocina forme una de las palabras.
Actividades para mejorar la resolución de problemas
1. Préstale los dedos de uno o varios muñecos para que realice los cálculos.
Normalmente animamos a estos niños a dibujar palotes para contar, sin embargo, ellos suelen preferir utilizar los dedos para ello. Si este es el caso de tu hijo, resuelve el problema acompañando sus tareas matemáticas de muñecos con manos y dedos que pueda utilizar para contar.
2. Antes de pedirle que sume más rápido, asegúrate de que se sabe de memoria todas las formas de conseguir un diez sumando dos números menores que el nueve. Esto quiere decir, 1+9, 2+8,3+7, 4+6, 5+5. Así será más fácil que sume 28 +22, ó 599 + 111
3. Representa siempre que puedas la información que presenta el problema de forma concreta: esto significa que si el problema habla de naranjas, utilices naranjas y si habla de litros, pues ya sabes, toca excursión al frigorífico.
4. En vez de corregirlo cuando sabes que se equivoca, permítele hacer el problema como él o ella quiera, y luego, pídele que evalúe si el resultado es lógico. Por ejemplo si el problema habla de compartir, es decir, dividir, y tu hijo se empeña en sumar, representa con muñecos la situación y demuéstrale que está equivocado.
Aunque es cierto que estos niños también poseen una personalidad peculiar, suelen comportarse de forma más tolerante frente a las actividades de estudio, si tratamos de adaptar el medio a su forma de aprender, y no al revés.
En cualquier caso, el trabajo con un niño o niña con retraso madurativo, tanto en casa como en el aula, requiere llenarse de paciencia y llevar un registro de las cosas que sí funcionan, para comunicárselas a cualquier persona que se vaya a sentar con el niño a trabajar. DE esta forma, conseguiremos más resultados.
Fuente: psicopedagogiaencasa.com