Jabones de grano
Se funde en una caldera la grasa que se someterá a saponificación. Seguidamente se agrega poco a poco, en porciones, la cantidad necesaria de lejía de sosa en solución al 10 % aproximadamente.
El curso de la saponificación ha de vigilarse constantemente. Siempre debe de haber un exceso de lejía de sosa. La lejía y la grasa forman conjuntamente una emulsión, que se agita constantemente.
Incluso al final de la saponificación debe existir un pequeño exceso de lejía, que el jabonero llama «picor» por la sensación que le produce al probarlo con la lengua. Cuando después de cocer algún tiempo no disminuye el «picor», se da por terminada la cocción.
Entonces, la masa jabonosa fluye en hilos cuando se la deja caer desde una espátula. En el proceso descrito se forma una masa gelatinosa, que contiene la sal sódica de los ácidos grasos, es decir, al jabón en solución coloidal.
Esta se separa por saladura en e l jabón propiamente dicho y la «lejía madre». Para ello se añade a la masa jabonosa una cierta cantidad de sal común. El cloruro sódico, al actuar como electrolito, determina que el jabón se insolubilice y se separe en la superficie de la lejía en forma sólida granulada.
La lejía contiene el pequeño exceso de sosa, la sal común y, sobre todo, la glicerina. Esta lejía se recoge y se beneficia de ella la glicerina por separación de las impurezas mediante filtración y destilación de la glicerina en el vacío.
Recientemente también se libera la glicerina do la sal común y de la NaOH restante mediante el empleo de cambiadores de iones y, por evaporación del agua, se obtiene entonces aquélla totalmente pura.
No obstante, el jabón aún no está totalmente terminado; contiene aún demasiada humedad y está tan flojamente unido, que es. más ligero que el agua. Por ello se le seca hasta que no contiene más que un 5 % de agua, lo que puede lograrse de dos modos: Se desmenuza el jabón, frío y solidificado, en pequeños fragmentos que después se secan o bien se lleva el jabón aún fluido (pero ya separado de la lejía madre) a un rodillo refrigerado, en el que se le divide en láminas delgadas que luego se llevan a un secador.
En éste, el jabón se seca hasta el grado deseado de humedad, no obstante sin proceder demasiado de prisa.
El jabón seco y troceado se lleva a una máquina mezcladora, en la que aquél se mezcla con colorantes, productos químicos y substancias de relleno.
A continuación pasa a una máquina que, por medio de una serie de rodillos de acero, lo mastica y homogeiniza, lo hace más denso y finalmente conduce a una prensa de husillo en la que adquiere la forma deseada y se le imprime la marca.
El nombre de jabón de grano dado a esta clase de jabón se debe a su condición sólida. Los jaboneros llaman grano a la torta que se forma después del salado. Entre los jabones de grano existen diferentes variedades, como el jabón de Mar sella, el de tocador, el de afeitar, etc. Se diferencian por su mayor o menor contenido en jabón y en rellenos y por su alcalinidad.
Fuente: Apuntes de procesos químicos de la UNIDEG