Celulosa al sulfato o a la sosa
El proceso es muy semejante al descrito, pero el reactivo es diferente. Se emplea una solución que contiene, además de un 6 % de NaOH, un 2 % de Na2S, un 1,5 % de Na2CO3 y un 0.5 % de Na2SO4. Con esta solución se hierve la madera troceada en un cocedor de unos 70 m3 de capacidad durante 4 horas a 10 atm y una temperatura de 170° C. Al Na 2S le corresponde un papel importante; disuelve la lignina sin atacar a la celulosa.
Así se puede disminuir la concentración de la NaOH, que ataca sensiblemente a la celulosa y origina pérdidas.
La lejía de cocción usada se evapora después de separada la celulosa acabada y el residuo se lleva a un horno rotatorio en el que la substancia orgánica se quema.
Se producen así pérdidas de Na2S, que se reponen añadiendo al horno Na2SO4, que es reducido en el mismo a Na2S. En el proceso de combustión escapan sulfuros orgánicos muy malolientes, que se recogen en la madera fresca troceada.
Esta madera se lleva a continuación al cocedor, en el que los sulfuros son destruidos al mismo tiempo que tiene lugar el, ataque de la madera.
En la actualidad ocasiona todavía no pocas dificultades la eliminación de las aguas residuales. Su gran contenido en materias orgánicas (aproximadamente un 12 %) hace preciso una gran dilución de las lejías en las corrientes de los ríos para que éstos no resulten biológicamente inutilizables.
En las grandes fábricas se hace fermentar el azúcar contenido en la lejía. El resto de la materia orgánica se puede recuperar por evaporación y emplearla como adhesivo o como pez o bien puede quemarse (por ejemplo, cuando hay cantidades muy grandes de materia orgánica) el sobrante en un horno especial.
La evaporación de tan grandes cantidades de agua origina grandes gastos, que se procuran reducir mediante el empleo de métodos modernos, como la evaporación por pulverización o por la acción de una corriente de aire en recipientes aplanados.
Fuente: Apuntes de procesos químicos de la UNIDEG