Enfriamiento natural
La utilización de refrigerantes naturales como el agua y el aire depende de las condiciones climatológicas, el agua es el preferido. Sobre todo, en la refrigeración indirecta, sus altos coeficientes de transmisión del calor requieren superficies de intercambio mucho menores que las que exige el aire.
Por su elevado calor específico, la cantidad de agua necesaria es relativamente pequeña. Sin embargo, con el enfriamiento natural se pueden presentar dificultades en pleno verano o en regiones cálidas. Las temperaturas límites aprovechables en verano son agua subterránea a 20°C, agua fluvial a 35°C y aire a 50°C.
Si no se dispone de suficiente agua fresca para refrigeración, se recircula siempre la misma y se enfría de nuevo en torres de enfriamiento. Estas últimas, preferentemente son de ventilación interna. La capacidad de enfriamiento depende de la humedad relativa del aire.
Fuente: Apuntes de procesos químicos de la UNIDEG