Degradación forestal en México
La información acerca de la degradación de los bosques de México es sumamente fragmentada. Sin embargo, la evidencia existente nos permite concluir que esta última es severa y se encuentra en aumento, dado los siguientes factores:
Las áreas forestales perturbadas han aumentado de 1 7.8 millones en el primer inventario forestal a 22.2 millones de hectáreas en el último inventario. Estas zonas se concentran en lo que fueran bosques templados de los estados del centro y sur del país y en la península de Yucatán.
Anualmente, la superficie afectada por incendios alcanza entre 90 mil y 500 mil hectáreas; la mayor parte de los incendios son provocados por el hombre y una buena parte son recurrentes (afectan la misma superficie forestal en periodos cortos de tiempo). Esto impide que la masa forestal alcance un pleno desarrollo, fomenta plagas y enfermedades y facilita el cambio de uso del suelo.
Un análisis agregado de la demanda de productos forestales indica que existe una extracción total de aproximadamente 50 millones de m3/año, de la cual un 80% se dirige a la satisfacción de necesidades de subsistencia (principalmente leña, con 38 millones de m3/año).
Este cálculo contrasta con las estadísticas oficiales, que sólo cuantifican la extracción comercial, equivalente a 8.1 millones de m3 para 1990 (es decir, solamente el 20% de la extracción total de madera). Como consecuencia de un manejo técnico deficiente la mayor parte de las zonas forestales comerciales presentan una pérdida de volumen comercial de madera y cambios indeseados en la composición del bosque.
En contraste con estas cifras, las acciones de reforestación en el país se ven todavía muy limitadas. Se estima que para 1990 se habían reforestado efectivamente (es decir tomando en cuenta sólo las reforestaciones exitosas) alrededor de 132 mil hectáreas.
Actualmente la Semana está llevando a cabo esfuerzos importantes en actividades de reforestación y restauración forestales, pero es necesario todavía que los programas pasen de la plantación de árboles a esquemas que aseguren una sobrevivencia mucho mayor de las plántulas en el mediano y largo plazos.
Causas de la deforestación
Los factores que inducen al cambio de uso del suelo son muy complejos.
Incluyen aspectos económicos (por ejemplo, la ganancia esperada por usos alternativos del suelo), demográficos (como la presión por tierra para agricultura), políticos (las normas que regulan la tenencia de la tierra) y técnicos (como la aptitud de los terrenos para diferentes usos).
En general, entender el proceso de deforestación implica tanto la identificación de lo que podríamos llamar factores puntuales del cambio de uso del suelo(por ejemplo, la agricultura, la ganadería, la tala clandestina y otros) como el análisis de las políticas específicas por sector o de tipo estructural que brindan varios de los incentivos básicos para la remoción de la cobertura vegetal (Tabla 2-6). Históricamente, tres de los principales factores que han alentado el proceso de deforestación en el país han sido:
1) un marco institucional y económico contrario al sector forestal y a los dueños de los recursos forestales;
2) presiones para la conversión de los bosques a la agricultura y ganadería y
3) ineficiencia de la industria forestal y sistemas de manejo de bosques naturales técnicamente muy deficientes. La importancia de los distintos factores puntuales de cambio de uso del suelo varía con el tipo de bosque.
En las selvas, la secuencia típica del proceso de deforestación inicia con la extracción de madera preciosa. Mediante esta actividad se construyen normalmente los primeros caminos al interior de la selva, mismos que facilitan la colonización espontánea de campesinos pobres. Luego de que se ha extraído la madera preciosa, la selva se desmonta y se utiliza por unos pocos años para la agricultura de temporal. Subsecuentemente el terreno se dedica a pastizal permanente.
Las ventajas comparativas que ofrece la producción de ganado frente a cultivos tradicionales como el maíz y la ausencia de mercados para maderas comunes tropicales u otros productos del bosque inducen la conversión última de las selvas a pastizales. La agricultura de roza, tumba y quema es también un factor de deforestación, particularmente cuando se acortan los periodos de barbecho.
Finalmente, la industria petrolera ha contribuido de manera directa (mediante la exploración y explotación de pozos) e indirecta (por la construcción de caminos) al proceso de deforestación en el trópico.
En los bosques, un factor dominante del proceso de deforestación son los incendios forestales. Estos incendios son, en su inmensa mayoría, provocados para aumentar la productividad de los pastos del sotobosque que se utilizan para el pastoreo de ganado o para reclamar los árboles como madera muerta en áreas que no tienen permisos de aprovechamiento. La tala clandestina de madera y la apertura de tierras para la agricultura comercial son también factores importantes de pérdida del recurso forestal.
Un análisis muy aproximado realizado por Masera et al (1992) en el cual se incluye el total de la superficie afectada por incendios forestales, indica el siguiente patrón de cambio de uso del suelo, según los distintos factores puntual es:
a) en los bosques prácticamente el 50 % de la superficie afectada se debe a incendios, un 28% a ganadería y un 17% a la agricultura;
b) en las selvas, la ganadería es responsable de casi el 60% de la superficie deforestada, los incendios representan entre el 7 y 22% y la 14%;
c) de manera agregada, la ganadería es responsable en un 49 % del cambio de uso del suelo, los incendios afectan un 24% y la agricultura 13%.
Contrariamente a la noción difundida de que el crecimiento poblacional es el responsable por excelencia del cambio del uso del suelo, análisis detallados para México muestran que no existe una correlación definitiva entre el aumento de población y la deforestación (FAO, 1990; Mendoza, 1997). Este tipo de análisis demuestra que aunque el aumento demográfico puede ser importante a nivel puntual, en México como en otros países de Latinoamérica, factores como la distribución desigual de la tierra, o políticas de subsidios contrarias al sector forestal han sido históricamente los factores decisivos en los procesos de deforestación a gran escala.