Lecho y placas de filtración
Entre los aparatos de filtración más sencillo se encuentran los filtros de capas o lechos de material suelto, los denominados filtros de material a granel. Para la purificación y clarificación de grandes cantidades de líquidos que contienen pocos sólidos en suspensión se emplean principalmente filtros de arena (Fig. 2.93, 2.94).
En la mayoría de los casos se disponen capas de arena de distinto tamaño de grano unas sobre otras. Las partes sólidas son retenidas por la arena al ser atravesada por la corriente de líquido a filtrar. Cuando el filtro de arena esta sucio se puede limpiar por lavado con agua en contracorriente. Esta clase de filtros de arena se utiliza, por ejemplo, en el tratamiento de aguas potables y fluviales.
Al contrario que en los filtros de arena, en los que las materias sólidas separadas son generalmente un subproducto de la filtración, los filtros de aspiración o de Nutsch sirven para obtener precisamente los productos sólidos (Fig.2. 95, 2.96). Los filtros de succión o aspiración pueden ser abiertos o cerrados y con o sin agitador.
Los de aspiración abierta son recipientes redondos o poligonales de metal, gres o madera con fondo de placas porosas o fondo perforado como una criba y recubierto de paños de filtración. En el caso de filtros de Nutsch, la filtración se produce por una disminución de la presión por debajo del filtro. Sobre la torta de filtración se suele montar un rastro que alisa constantemente su superficie para evitar que se formen grietas a través de las cuales pasara el aire sin producir efecto.
En los filtros de succión abiertos que no dispongan de rastrillo, si es necesario hay que alisar la torta a mano con la ayuda de grandes espátulas. Los filtros de aspiración deben conectarse con un colector a vacío que actúa por debajo del filtro se aplica una sobrepresión por encima del mismo.
El principio de construcción de los filtros a presión es igual al de los de succión (Fig. 2.97), pero en vez de filtrar por un vacío que actúa por debajo del filtro se aplica una sobrepresión por encima del mismo. En los filtros de bujías (Fig. 2.98), el líquido a filtrar atraviesa desde afuera hacia adentro el cuerpo cilíndrico de la bujía, que casi siempre es de cerámica porosa. Mientras que las partículas sólidas quedan retenidas por el filtro, el líquido pasa a su través. Para la limpieza de la bujía se lava en contracorriente, es decir, de dentro a afuera.
Fuente: Apuntes de procesos químicos de la UNIDEG